A menudo, los problemas de oído se derivan de prácticas incorrectas de higiene o de la exposición a la humedad, entonces es vital conocer cómo cuidarlos adecuadamente para evitar infecciones y complicaciones. Es importante recordar que el oído es un órgano delicado y, por lo tanto, merece una atención especial.
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Además, es importante mantener el cuerpo caliente en invierno para ayudar al sistema inmunitario a combatir posibles resfriados y virus. Los oídos son más propensos a infectarse si se tiene un resfriado o una gripe de las vías respiratorias superiores. Una infección de oído se produce cuando la trompa de Eustaquio del oído medio está bloqueada por líquido y/o inflamación, lo que permite que se desarrolle una infección viral o bacteriana en el oído medio. Aunque los niños son más propensos a desarrollar infecciones de oído por diferentes razones, como tener trompas de Eustaquio más pequeñas y sistemas inmunitarios poco desarrollados, los adultos también pueden sufrirlas.
Importancia de la higiene y la prevención de la humedad
Uno de los principales factores que contribuyen a las infecciones de oído es la humedad. El agua atrapada en el oído puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias y hongos. Un artículo de Audika españa, el blog de la audición, dice que es esencial secar los oídos cuidadosamente después de bañarse, nadar o estar expuesto a la humedad. Hay que limpiar suavemente alrededor de la apertura del canal auditivo una vez al día con un paño, especialmente después de la ducha o el baño.
En el caso que realices natación, el uso de tapones para los oídos al nadar puede ser una medida preventiva eficaz, especialmente en piletas públicas donde la concentración de cloro y otros productos químicos puede irritar el conducto auditivo. Consultar al otorrinolaringólogo sobre la necesidad de usar tapones es una buena práctica para determinar el tipo de protección adecuada según las actividades y las condiciones individuales de cada persona.
Consejos prácticos para el cuidado diario
Es importante no utilizar hisopos de algodón para limpiar el interior de los oídos. Los hisopos pueden empujar la cera hacia adentro, causando bloqueos y posibles infecciones. En lugar de eso, se recomienda limpiar suavemente el pabellón auricular con un papel tissue.
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Otra medida preventiva eficaz es la solución de alcohol y vinagre blanco. Si entra agua en el oído, se pueden colocar tres gotas de alcohol mezcladas con una de vinagre blanco para evitar la proliferación de bacterias. Esta mezcla no solo ayuda a secar el agua, sino que también crea un ambiente inhóspito para las bacterias, reduciendo el riesgo de infección.
Consulta médica
Cómo se menciona más arriba, las infecciones de oído pueden ser causadas por virus o bacterias, y son más comunes en personas con sistemas inmunes debilitados. Algunos síntomas son:
- Dolor de oído, que puede sentirse como presión.
- Fiebre, que suele ser baja.
- Irritabilidad o nerviosismo.
- Dificultad para dormir.
- Menos interés por comer y beber.
- Desequilibrio.
- Dificultades para oír bien.
- Secreción del oído, que puede ser purulenta.
- En los niños pequeños, pueden tirarse de la oreja, tener malestar estomacal, vomitar o tener diarrea.
Ante cualquiera de estos síntomas, se debe acudir al médico para una evaluación adecuada y tratamiento oportuno. La prevención y el cuidado adecuado pueden marcar una gran diferencia en la salud auditiva a largo plazo.
