A Lara Fox-Hill, de 16 años, le dieron un folleto sobre salud mental después de buscar ayuda médica en 2019. Ella insistía en que tenía dolores abdominales con demasiada frecuencia, pero los médicos trataban de convencerla de que todo estaba en su cabeza.
“Trataron de hacerme creer que tenía ansiedad y que eso me estaba causando dolor físico”, declara la joven. “Tenía 14 años, me estaba convirtiendo en una adolescente y estaba construyendo mi confianza; fue una experiencia bastante dolorosa”, resume.
La estudiante estaba agotada del dolor y fue al Hospital Wexham Park, en Berkshire, Reino Unido, en marzo de 2021, para después regresar a su casa con dos tabletas de paracetamol. “Había llevado un bolso con ropa para pasar la noche porque el dolor era tan intenso que pensé que me hospitalizarían”, reconoce.
Leé también: Cómo sería el aspecto de la endometriosis si el dolor se pudiera ver
Todavía estaban las restricciones por pandemia, así que había ido sola. “Arrastré mi bolso a un banco y luego sollocé hasta que llegaron mis padres”, recuerda.
Lara afirma que los médicos y enfermeros no creían que tuviera la edad suficiente para experimentar la endometriosis que ocurre cuando un tejido similar al que recubre el útero o el endometrio crece fuera del útero, comúnmente en los ovarios, las trompas de Falopio, los intestinos o la vejiga. Esto puede causar un dolor extremo, a menudo sincronizado con el ciclo menstrual, así como infertilidad, ciclos menstruales extremadamente abundantes y problemas digestivos, entre otros efectos negativos.
Lara tardó 18 meses y pasó por la experiencia de tres operaciones para ser tratada con éxito. “Los médicos decían que era demasiado joven para experimentar un problema de mujer adulta, o que no tenía el típico dolor. Pero en algún momento estaba sangrando 24/7, desmayándome tres veces a la semana y no podía caminar”, detalla.
“No dormía, me levantaba y tomaba hasta seis baños al día para poder aliviar el dolor”, recuerda. La madre de Lara, Diane Fox-Hill, de 54 años, también sufre de endometriosis.
¿Cómo se diagnostica y trata la endometriosis?
El diagnóstico de endometriosis puede ser realizado mediante visualización laparoscópica o biopsia. La elección del método diagnóstico depende de la experiencia del ginecólogo.
Las mujeres jóvenes pueden tener una endometriosis microscópica o pequeños focos, apenas visibles, y presentar un dolor insoportable; en cambio, las mujeres adultas pueden tener endometriosis grado IV sin sentir dolor alguno.
“Debido a que Lara era menor de 16 años, necesitábamos un ginecólogo pediatra competente, un cirujano y un quirófano pediátrico para la operación. Y nada de eso es fácil de encontrar”, revela.
Por lo general, la endometriosis suele diagnosticarse entre los 25 y los 35 años y es posible que afecte la reserva ovárica de las pacientes, reduciendo la cantidad y la calidad de los óvulos. La preservación de la fertilidad es altamente recomendable en las mujeres que tienen esta patología, antes de someterse a la cirugía.
Si bien hay tratamientos quirúrgicos para endometriosis en adolescentes, en ellas la meta es minimizar la intervención quirúrgica y preservar la fertilidad futura.
