Marianne Costa es una autoridad en el sagrado lenguaje del Tarot. Hace unos pocos días, publicó un libro maravilloso de iniciación, de profundización y de resignificación: El tarot paso a paso. Tal como ella lo afirma, se trata de “una guía de viaje”.
- El tarot está más vivo que nunca. Después de tantos siglos, emerge ahora un nuevo interés ¿A qué crees que se debe esto?
- Principalmente creo que se debe a dos razones. Estamos en una época donde reina la imagen (redes sociales, web, memes, fotos, selfies, videos, videojuegos etc..) El Tarot siendo un lenguaje visual y encaja perfectamente en esta matriz. Así lo fue también en la época del Renacimiento cuando fue concebido. En ese entonces, muchas personas no sabían leer y dominaba la imagen (la escultura, la pintura y la representación simbólica y religiosa).
Desde mi perspectiva, en este tiempo hay una búsqueda desesperada de un camino hacia la espiritualidad. Por dos siglos, el triunfo de las búsquedas fue de la filosofía, entendida como suma expresión de la mente, y de las religiones transformadas en instituciones políticas.
La dimensión espiritual es la que permite el contacto directo del o de la practicante con el Misterio, con la certidumbre de las cosas invisibles, desde la sensación, el corazón, el sentimiento, la intuición, y no desde la mente.
Por supuesto, en este renacer espiritual, como en cualquier movimiento de masa, hay mucha basura. Sin embargo, es una nueva oportunidad para que este juego, basado en la descripción del camino de evolución del ser humano, pueda volver a expresar su conexión con la búsqueda esencial del ser humano.
- ¿Cómo saber si es un lenguaje para uno? ¿El tarot nos llama? Si nos llama ¿por dónde iniciar?
- Es muy simple: ¡basta con enamorarse de él! El Tarot nos llama desde su belleza. No conozco otro argumento: de pronto a una persona le resuenan las cartas, le dan ganas de aprender a ver, entender los símbolos, jugar con ellos. Hay muchas maneras de iniciar. Uno de los propósitos de este libro es justamente este: inspirar a los avanzados e iniciar a los principiantes.
Por eso, con total honestidad, aconsejo leer mi libro. Quien se considera principiante, puede saltar la primera parte sobre la historia del Tarot porque tiene un fuerte sesgo académico y directamente “tirarse al agua” en la segunda parte. Para los enamorados del Tarot es muy interesante todo este desarrollo histórico del inicio, pero no es imprescindible para aprender a practicar.
- En el libro hay algunos párrafos dedicados a describir lo intoxicado que está este lenguaje por tantos tarotistas que lo usan como una herramienta con pretensión de predicción y adivinación. ¿Para qué “sirve” y para que no, el Tarot?
- He perdido la tendencia a criticar otras modalidades y hasta el gusto para dar consejos. Pero puedo hablar de cómo me gusta trabajar. Yo no creo que sea posible ni deseable leer el futuro. Estoy convencida de que algunos seres de altísimo nivel espiritual, un@s sant@s, seres realmente despiertos, tienen lucidez y visión hacia el futuro. Pero esos seres en general no hacen predicciones. ¿Por qué? Porque la humanidad ni siquiera está en grado de escuchar la predicción más segura, que es que todes vamos a morir. El mundo vive como si la muerte no existiera, como si la segunda parte de la vida, en la que precisamente se aprende a morir, se tuviera que negar con cirugía plástica, en la pretensión de quedarse siempre jóvenes, y considerando a la vejez como una enfermedad vergonzosa. Entonces, ¿si no podemos gestionar el único futuro que es una certidumbre, qué vamos a hacer con las predicciones?
Yo uso el Tarot para aclarar lo que ha quedado escondido del pasado. Emergen las huellas de las heridas o los traumas y las estrategias de supervivencia. También aparecen los talentos y los deseos que aún están vivos dentro de nosotres. Lo uso para aclarar el presente, para conseguir una visión justa y útil de las situaciones. Y especialmente es un lenguaje que me permite construir creativamente la intención hacia el futuro inmediato, en armonía con la “energía del tiempo” tal como dicen los Mayas o los Chinos. Existen corrientes energéticas con las cuales nos toca entrar en armonía, y permitirnos bailar al compás de una música que no hemos elegido.
- Para todos los que creen que es sólo una mancia y como tal habilita el prejuicio de ser sospechosa, ¿de qué forma podés explicarles su multidimensión, su real propósito?
- El Tarot es un juego, que empezó a tener mucho éxito en el 1600 aunque haya nacido un siglo antes. Como todos los grandes juegos de la humanidad, tiene una dimensión “iniciática” porque constituye una descripción simbólica del mundo visible e invisible.
Usar el Tarot como oráculo, soporte de meditación, o aliado creativo, es jugar con él y aprender a ser bailando y dialogando con el azar dentro de una estructura coherente. Es una de las maneras que tenemos de dialogar con la inteligencia cósmica, con la dimensión de la Realidad que está dispuesta a contestarnos. Nos responde también desde el principio de “serendipia”, “sincronicidad” o, como decían los surrealistas, del “azar objetivo”.
El Tarot no se usa para vencer a nadie. En el fondo, es una forma de arte. Nadie es obligado a practicarlo si no le gusta. Prescinde de cualquier justificación, tanto como el tango u otras formas de arte. Su justificación está en la alegría, la pasión y la dedicación de quien lo practica.
- En alguno de tus párrafos hablás sobre el uso del tarot como instrumento de diagnóstico psicosimbólico. ¿Creés que este uso es correcto?
- El Tarot puede ser usado por psicólogos. Yo no estoy a favor de que las personas hagan “Tarot psicológico” si no son psicólogos. Cuando queremos y podemos investigar la psiqué con el Tarot, lo hacemos usando la multidimensionalidad de los símbolos. Por ejemplo, el Ermitaño puede ser a la vez una figura paterna (o de abuelo), un sabio que nos lleve a la falta de dicha figura paterna y a la necesidad de recurrir a un padre sustituto, que nos ayude a estructurar la parte de nosotres que necesita el apoyo paterno. Pero el Ermitaño siendo un número 9 representa también la crisis de pasaje, el encierro en la crisálida que, de pronto, se abre a un nacimiento o a una abertura junto a los sentimientos mezclados de soledad, de angustia y de liberación que acompañan ese proceso. Con ese breve ejemplo trato de mostrar que es imposible reducir el tarot a una lista de explicaciones sencillas, y que el arte de la lectura depende de las competencias y calidades que el/la tarolog@ haya desarrollado en su propia vida. La psicología es una de esas posibilidades.
- Marianne, vos llamas al Tarot " el juego del ser”, ¿qué es lo que sintetizás en esta frase?
- Toda la historia del juego de Tarot, desde el siglo XV, está conectada con las grandes corrientes poéticas de su tiempo. Inicialmente el juego se llamaba ”Triunfos”, el mismísimo título de la gran obra poética de Petrarca que fue el best-seller del final de la Edad Media. Después del (re)-nacimiento del Tarot como juego de sabiduría y como herramienta de cartomancia en el siglo XIX, fue rescatado los surrealistas quienes le devolvieron su dignidad de espejo del inconsciente.
Italo Calvino lo usó, luego, como estructura narrativa, basándose en una tesis de lingüística que demostraba que la lectura de cartas es una técnica de storytelling. La conexión entre imagen y palabra, entre contemplación y el arte de extraer de ello un sentido en pocas frases, es sumamente poética.
Lo mismo pasa con el Tarot y el camino espiritual: los arcanos mayores como Triunfos representan la dimensión de nosotres mismes que puede “triunfar”, es decir, descubrir la alegría perenne, el reino del cielo en la tierra, la paz incondicional. Por eso la serie de los arcanos mayores nos presenta figuras “espantosas” como el Diablo, el Arcano sin nombre (a veces llamado la Muerte ), el Colgado, etc., junto a figuras “deseables” como la Emperatriz y el Emperador, pareja de supepoder, o el Enamorado que manifiesta el triunfo de Eros, del amor-atracción. Todas las etapas de los arcanos mayores nos hacen reaccionar, nos mueven para abajo y para arriba, pero todas tienen la misma finalidad, permitirnos descubrir esa dimensión del ser que es puro espejo de la realidad, pura paz, pura aceptación de lo que es tal como es, puro amor hacia la manifestación tal cual. Por todo esto, a modo de explicación inicial, lo llamo el Tarot “juego del Ser” .
Los caminos que nos esperan están guiados por algo más grande que nosotros. Quizás en los lenguajes sagrados encontremos la reconexión para saber cómo, qué, cuándo y especialmente, para qué, tal cuál como se llama este libro El tarot, paso a paso.
Que así sea.