La corriente body positive que promueve la autoaceptación sin ataduras a los mandatos de belleza tradicionales está calando hondo en la sociedad actual. Las mujeres, principalmente las más jóvenes, ya no sienten que deban cumplir reglas que no las satisfacen para encajar en roles o modelos asignados. Una de las costumbres que viene siendo muy cuestionada es la de depilarse.
Ninguna considera en estos días que debe afeitarse cada centímetro de su cuerpo para ser considerada atractiva o femenina y mucho menos cuando este detalle no tiene nada que aportar a su desempeño profesional.
Parece ser que no todos comprenden el momento actual de la historia, quizá algunas personas, como el directivo de una empresa que le pidió a una empleada que se depilara sus piernas por cuestiones de higiene, todavía está esperando recibir un memo que lo informe del cambio de paradigma.
Consternada, la joven en cuestión compartió en sus redes sociales la conversación increíblemente incómoda que tuvo con su jefe después de que un par de sus colegas se quejaron de que tenía vello en las piernas.
En un posteo anónimo por miedo a perder su puesto, la mujer de 21 años reveló que elige no depilarse para no perder tiempo ni dinero, pese a que tiene un vello abundante. No es que no le moleste ni tampoco que esté embanderada en una lucha por los derechos de las mujeres a lucir como les place, sino que simplemente no está dispuesta a invertir grandes sumas en tratamientos de belleza.
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"Solamente me quito el pelo cuando salgo por primera vez con un chico, pero como hace tres años que estoy con el mismo novio y a él no le importa, no lo hago hace tiempo. No entiendo con qué derecho mi jefe o mis compañeros de trabajo me vienen a importunar con un planteo para que me depile", escribió indignada.
Su relato continuó explicando que normalmente no trabaja en un escritorio de la empresa, sino que suele viajar y participar de distintos eventos y festivales, pero recientemente tuvo que ir a la oficina para recoger algunas cosas.
Fue entonces que su jefe la llamó a su despacho para hablar con ella. "Estaba sonrojado y tartamudeaba, pero finalmente me dijo que necesitábamos hablar sobre higiene", dijo. "Estaba en shock literal. Estaba tan avergonzado y le pregunté qué era lo que quería decirme. Finalmente me explicó que algunas personas se quejaron de que no me afeitaba las piernas y me dijeron que esto iba en contra de la política de la compañía que no estaba siendo higiénica. Me sorprendió aún más".
"Le dije que no entendía qué tenía que ver con la higiene y él no respondió. Le pregunté si él se afeitaba las piernas y siguió en silencio. Luego me puse de pie y dije si íbamos a seguir hablando de esto, preferiría que alguien de Recursos Humanos estuviera presente y entonces me dijo que no necesitábamos discutirlo más ".
Más tarde actualizó la publicación: contó que le habían enviado un correo electrónico de Recursos Humanos sobre la conversación que en cierto modo avalaba a su jefe y preguntó a sus lectores "¿Es que yo estoy equivocada?"
La gente se apresuró a compartir su apoyo. Un usuario expresó: "Estos son unos bullies (N. R.: que hacen bullying) sexistas".
Otro exclamó: "¡Es absolutamente increíblemente ridículo! ¿Le pedirían a un empleado que se afeite las piernas? ¿Cómo es antihigiénico para usted pero no para cualquier hombre que tenga vello en las piernas? Sinceramente estoy horrorizado ". Un tercer comentario decía: "Es un insulto fingir que esto tiene algo que ver con la 'higiene' ".