La importancia de la actividad física para el bienestar general es bien conocida y es la regla de oro junto a una dieta saludable. En otras palabras, el sedentarismo asegura a mediano y largo plazo un abanico de patologías de mayor o menor gravedad y, sin dudas, una vejez también más complicada. El simple hecho de caminar se convirtió en una receta más en las consultas médicas y desde la universidad de Harvard explican los beneficios de que salgamos por la noche después de cenar.
Lo ideal es hacer una caminata nocturna consciente. Estas dos características, consciencia y nocturnidad, no son arbitrarias en las recomendaciones de la prestigiosa universidad norteamericana. Por un lado, la naturaleza repetitiva de dar un paso tras otro lo convierte en sí misma en una actividad natural para la meditación. En segundo lugar, la noche, sobre todo en entornos rurales o en zonas lo más apartadas posibles del bullicio de la ciudad, beneficia esa introspección. Claro que también hay que tener en cuenta el factor seguridad.
Para que logremos una caminata consciente, la clave está en “respirar y contar”, según los expertos de Harvard. Habría que hacer coincidir los pasos con las inhalaciones y exhalaciones, en ritmos de cuatro pasos por inhalación y cuatro pasos por exhalación. Una cadena que se puede ir alargando a medida que la relajación se va consumando.
Otro aspecto fundamental de la consciencia tiene que ver con entrenar la capacidad de concentración en este simple hecho de caminar. Y no solo se trata de dar los pasos sino en no perder de vista todo lo que sucede a nuestro alrededor. En este caso de la caminata nocturna, seguramente escucharemos sonidos de todo tipo, sobre todo si estamos en el campo, a los que debemos prestar atención.
Qué beneficios tiene que la caminata sea nocturna
La caminata es una primera propuesta fácil para adentrarse en el mundo de la actividad física, y como tal, produce una acción calórica que ayuda a reducir la grasa corporal. Al llevarla a cabo después de cenar, como aconsejan desde Harvard, se producirá ese trabajo sobre la ingesta que acabamos de realizar. Tampoco es necesario un gran esfuerzo físico, con unos 15 minutos sería suficiente para lograr el objetivo, aunque sí es importante que se realice justo después de cenar.
Es muy saludable dedicar unos minutos al día a evadirse del entorno, relajarse y centrarse en los pensamientos. Hacerlo por la mañana, nos puede dar una buena perspectiva para afrontar el día, pero por la noche tiene también beneficios. Pocas actividades tan simples como caminar tienen tantos y tan diversos beneficios para la salud. Si se hace correctamente, con un adecuado ritmo de pasos y de respiración, y además se añade esta fórmula meditativa, el impacto positivo en el organismo no tardará en manifestarse.
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El único inconveniente es que se vea la actividad como aburrida y, por lo tanto, disminuya el interés de la persona. Entonces será el momento, según las voces expertas de Harvard, de probar con diferentes tipos de caminatas. En todo caso, viendo la lista de beneficios que podremos conseguir, cualquiera podría resistirse:
- Perder peso.
- Reducir la presión arterial.
- Reducir el colesterol.
- Mejorar la memoria.
- Reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Reducir el riesgo de diabetes.
