Fiel a Cristina Kirchner y muy cercano a La Cámpora. Así podría comenzar a describirse el perfil político de Horacio Pietragalla, el secretario de Derechos Humanos de la Nación que en las últimas horas pidió por el arresto domiciliario del exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime, y Martín Báez, hijo del empresario K.
// Coronavirus | El Gobierno pidió la prisión domiciliaria para Ricardo Jaime
Lo hizo al advertir que de no concederse este beneficio, el Estado podría ser "responsable internacional por no respetar los derechos del detenido". De hecho, este martes se conoció que desde su secretaría también pidieron que Luís D'Elía deje la prisión por correr riesgo de contagiarse Covid-19.
Por estas decisiones, que en el Gobierno sostienen se tomó de forma unilateral, fue convocado por el presidente Alberto Fernández para que le entregue explicaciones de su pedido. Sobre Jaime, dijo que lo hizo ante una solicitud que su defensa hizo llegar a la Secretaría de Derechos Humanos en la que advertía los problemas de salud del exfuncionario y los peligros que esto representaba ante el coronavirus. Respecto a Báez, afirmó que debe interrumpirse su prisión preventiva.
No es la primera vez que Pietragalla se encuentra en el foco de la atención. En 2017, en medio de la discusión por la reforma jubilatoria en el Congreso, protagonizó una escena escandalosa cuando se acercó a Emilio Monzó, entonces presidente de la Cámara de Diputados, y tiró su micrófono al suelo.
Los legisladores de la oposición le pidieron a Monzó no llevar adelante la sesión ante los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes, pero ante la negativa del titular de la cámara baja la situación se desbordó: hubo empujones e insultos.
Un video muestra cómo el ahora funcionario se encontraba entre los protagonistas de ese episodio.
Nieto recuperado
Pietragalla tiene una larga historia con los derechos humanos. Es el hijo de Horacio Pietragalla y Liliana Corti, que integraban la organización Montoneros y fueron asesinados en 1975 y 1976.
Nació el 11 de marzo de 1976, pero a los cinco meses, luego del asesinato de su madre, fue trasladado a la Clínica Mayo y a la Brigada Femenina de San Martín. De acuerdo a la información con la que cuentan las Abuelas de Plaza de Mayo, fue entregado a una mujer que trabajaba como empleada doméstica en la casa del teniente coronel Hernán Tetzlaff.
Recién en abril de 2003 conoció su verdadera identidad. Un año antes se había acercado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) porque tenía dudas sobre su identidad. El juez Roberto Marquevic, titular del juzgado federal en lo Criminal y Correccional N°1, ordenó los análisis que confirmaron su identidad.
Ese mismo año el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó el cuerpo de su padre, enterrado como NN en el cementerio de San Vicente de Córdoba y un año después se identificó el de su madre.
