No son los simuladores, son los impostores. ¿Por qué? Se presentan como grandes defensores de la cosa pública, pero apenas algo sale mal, huyen al sector privado.
22 años diciendo que habían construido el mejor sistema de salud público de la historia Argentina. 22 años inaugurando hospitales “Néstor Kirchner” en la provincia de Buenos Aires. Es más, inauguraron 5 veces el hospital “Balestrini” en La Matanza.
Leé también: Difundieron un nuevo parte médico de Cristina Kirchner tras la operación: no tiene fiebre, pero seguirá internada
Sin embargo, cuando las papas queman, siempre aparece el sanatorio privado “Otamendi”. ¿Está mal que la presidiaria se atienda en esa clínica tan bonita? No. Lo que está mal es el doble discurso. Lo que está mal es ser careta. Lo que está mal es pregonar algo que no sos. Lo que está mal es vivir señalando y apuntando a los demás, pero terminar haciendo lo mismo.
Odian el capitalismo, pero compran en Gucci. Odian Apple, pero todos se compran el iPhone 17. Odian Mercado Libre, pero la jefa terminó comprándole acciones a Galperín. Odian Estados Unidos, pero todos tienen un piso en Miami y Nueva York. Odian Buenos Aires, pero viven en Recoleta y Puerto Madero. Odian las prepagas, pero todos tienen “OSDE 410” y van al Otamendi.
El kirchnerismo siempre fue una enorme contradicción moral y material. Tienen una ética de la responsabilidad que nunca se condice con su realidad personal. Entonces, se venden peronistas, actúan como fascistas, piensan que son socialistas, viven como capitalistas. Pero, en realidad, son delincuentes.
Mientras la señora se opera en el Sanatorio Otamendi sus votantes se atienden en hospitales públicos de Quilmes, La Plata y Bahía Blanca. Esto es el kirchnerismo. Una enorme contradicción entre lo que dicen y lo que hacen.
- Vos en Lomas de Zamora te morís de hambre, pero Insaurralde come langosta en Marbella.
- Vos vas al hospital “El Cruce” de Florencio Varela, pero Mayra Mendoza se atiende en el hospital “Austral” de Pilar.
- Vos te comes los 62 paros de Baradel en la escuela pública, pero ellos mandan a sus hijos al colegio privado más caro.
No está mal que vivan bien. Lo que está mal es que hace 22 años viven castigando a la clase media por querer vivir mejor. Lo que está mal es que hace 22 años nos bajan un discurso de pobrismo, de culpa, de miseria, de hambre.
Lo mismo pasa con el amigo “Chiqui”. Otro que se la da de nacional y popular. El tipo se toma los mates de Rodrigo de Paul, pero mientras tanto baja en helicóptero en la mansión de Pilar de 105.308 metros cuadrados. Te das cuenta de que estamos nuevamente ante los impostores de siempre. Discurso popular con vida de aristócrata.

¿Por qué te pensás que la gente los putea en los estadios? Porque ven las dos caras del fútbol argentino: clubes quebrados, estadios destrozados, tribunas de madera, deudas millonarias, premios africanos. Mientras el Chiqui viaja en yate y helicóptero.
Mirá qué interesante esto: Corinthians se quedó con la Copa de Brasil y se llevó un premio de 18 millones de dólares. ¿Cuánto gana el campeón de la Copa Argentina? US$140.000. O sea, el campeón de la Copa de Brasil gana 128 veces más que el campeón de la Copa Argentina. Pero “Chiqui” viaja en helicóptero y avión privado. Por eso digo que son impostores.
Igual, lo interesante de todo esto es que este populismo berreta y corrupto está empezando a implosionar. ¿Por qué Máximo Kirchner le pega a Axel Kicillof? Esto es “Teorema de Baglini”. Cuanto más lejos estás del poder, más barrabasadas decís. Lo que estás viendo es un chico que vivió acomodado en el poder y ahora se sabe afuera del mismo. ¿Qué hace? Le pega a Kicillof porque siempre lo odió.
Pero lo que tenemos acá es una muestra del debilitamiento total del populismo. Cuando no ocultás la interna es porque el proyecto político está atravesando un divorcio absoluto con la sociedad.
¿Qué hicieron mal? Inflación récord en la era Alberto Fernández. Con 1.020% es la más alta de los últimos 5 mandatos presidenciales. El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner cerró con 19,5 millones de pobres. Julio De Vido: “Alberto Fernández fue el peor presidente de la democracia”. Todo esto hicieron mal. Y encima todavía simulan ser progresistas.
La sociedad ya no tolera la distancia entre el discurso y la conducta. Estamos ante gente que predica virtudes que no practica. Me parece que llegó el momento de la gente auténtica. Lo avisó Orwell: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”. Llegó el momento de que los impostores se vayan a su casa.
Opiniones libres; hechos sagrados.


