Sigue la polémica por la difusión en las escuelas bonaerenses de libros con contenido sexual explícito. En medio del revuelo, los consejeros generales de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires Diego Julio Martínez y Natalia Quintana presentaron una nota ante el director general del área, Alberto Sileoni, e insistieron en un pedido de explicaciones.
Se trata del segundo documento que Martínez y Quintana presentan ante la dirección general de Cultura y Educación requiriendo información sobre el programa en cuestión, denominado Identidades bonaerenses. Según plantean, en primera instancia recibieron la respuesta de un subsecretario que “no respondió todas las inquietudes”.
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“(El subsecretario) ratifica la información publicada en referencia a la distribución de libros del catálogo en 2350 escuelas secundarias y 443 escuelas secundarias técnicas, 195 institutos de formación docente y técnica, 600 bibliotecas municipales y populares, 135 centros de investigación e información educativa y 517 escuelas y centros comunitarios de adultos. Resulta oportuno conocer qué instituciones recibieron la colección y cuál fue el criterio para su distribución”, plantearon los consejeros, representantes de la Unión Cívica Radical.
Libros con contenido sexual explícito en escuelas de PBA: piden saber cuántos compraron y cómo se distribuyen
Martínez y Quintana plantearon “dificultades” para encontrar el catálogo en los sitios correspondientes y se quejaron en que “no hay información sobre acciones y actividades en escuelas tanto en referencia a la entrega de materiales como a la utilización del mismo en actividades educativas”.
Los consejeros piden nuevas explicaciones sobre los libros con contenido sexual explícito:
- 1) Los libros se distribuyeron en 2350 escuelas secundarias y bibliotecas municipales, entre otros. Los consejeros piden saber qué instituciones recibieron la colección y cuál fue el criterio para su distribución.
- 2) Los consejeros señalan que en la lupa de búsqueda de la página ABC no se ofrece la opción del catálogo y que no hay información sobre acciones y actividades con los libros en escuelas. Exigieron se les explique por qué falta información sobre el contenido y actividades con los libros en las escuelas
- 3) Respecto de la compra de los 650 mil libros. Piden conocer el detalle de los 650 mil ejemplares: cuántos libros se compraron de cada uno.
- 4) Los mediadores entre los libros y los estudiantes. Los consejeros solicitaron conocer quiénes son esos mediadores, cómo se los selecciona y determinar si los bibliotecarios están aptos para mediar en la lectura.
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“Es necesario conocer cuáles son los motivos acerca de la falta de información sobre el contenido y actividades que la DGCyE promueve para la utilización del catálogo en las escuelas”, dijeron. Y reclamaron que se dé a conocer “el detalle de los 650 mil ejemplares y la cantidad comprada para cada obra”.
Los consejeros señalaron además contradicciones entre el catálogo y la nota de presentación del programa firmada por Sileoni respecto de a qué instituciones educativas están dirigidas los libros. Además, sugirieron “que se realicen acciones complementarias e indicativas en referencia a la mediación docente para el trabajo con los materiales que así lo requieren”, algo que, según plantean, no quedó claro en el catálogo y las respuesta previa del subsecretario.
La distribución de los libros provocó que parte del arco político manifieste su rechazo a la iniciativa. El intendente de San Isidro, Ramón Lanús, aseguró que ”es un disparate esas ganas de querer sexualizar a los chicos detrás del paraguas de la Educación Sexual Integral” y se manifestó en contra de la medida: “Espero que el gobierno provincial dé marcha atrás”.
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Este lunes, al darse a conocer la polémica, Sileoni defendió el programa y aseguró que los libros con contenido sexual explícito “no son para los estudiantes”.
“No son libros de educación sexual para los estudiantes; es una colección de literatura para las bibliotecas. Consideramos que son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos”, planteó aseguró el funcionario de Axel Kicillof.
En declaraciones a radio Mitre, Sileoni advirtió que “los padres están indignados por lo que escuchan en los medios” ya que las publicaciones que integran el programa “no es pornografía, sino literatura”.
