El Presidente no puede ocultar su satisfacción cada vez que sale del país para llevar su pensamiento a escenarios económicos y políticos y juntarse con referentes de la derecha internacional.
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Quedó reflejado en Washington, ciudad a la que Javier Milei viajó especialmente invitado a la asunción del presidente Donald Trump, y en las ciudades de Davos y Kloten, en Suiza. Y sobre todo al momento de recibir premios de organizaciones liberales.
Pero Milei también disfruta de su estilo confrontativo hasta el insulto, para exponer dentro y fuera de la Argentina sus ideas, contrarias, por ejemplo, a la agenda 2025 de las Naciones Unidas.
Todavía resuena en tierras helvéticas su furia contra el pensamiento woke, que es la toma de conciencia social y política por la justicia social, la igualdad y la lucha contra todo tipo de discriminación. Fue muy crítico del feminismo, la ideología de género y la agenda LGTB.
El problema para Milei es cuando lleva estas polémicas ideas al Congreso para transformarlas en ley, con la ayuda de las fuerzas políticas aliadas. Fue sugestivo, por ejemplo, el silencio del PRO frente a estas declaraciones o los anuncios del Gobierno.
Milei enviará al Congreso, para sesiones ordinarias, un proyecto de “Igualdad ante la ley” que ya anticipa un fuerte debate y una áspera negociación para lograr quorum. Busca eliminar la ley de cupos que obliga a que el 50 por ciento de los legisladores nacionales y del Parlasur sean mujeres. También quiere terminar con el cupo de género y discapacidad, modificar el código penal y eliminar la figura de femicidio.
Pero para esto falta y hay otras necesidades del Gobierno para el período de sesiones extraordinarias del parlamento.
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Una de ellas es la eliminación de las PASO. Esta es la obsesión de Milei y a eso dedica una buena parte de su tiempo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con la ayuda inestimable del superpoderoso asesor presidencial Santiago Caputo. Por ahora faltan los votos para poder eliminar esas internas y el Gobierno no descarta su suspensión.
Sucede que las aguas están divididas en el PRO, que quiere eliminar las PASO en la Ciudad de Buenos Aires, en el radicalismo y en el peronismo dialoguista.
En cuanto al comportamiento del kirchnerismo, por ahora es un misterio. Tiene otras cosas para negociar con los operadores del Gobierno, sobre todo en el ámbito judicial.
Otro misterio es qué ocurrirá en el Senado con los pliegos del juez Ariel Lijo y de García Mansilla para la Corte Suprema de Justicia.
Si bien el triángulo de hierro (Milei, Karina y Santiago Caputo) corre de la negociación a la vicepresidenta Victoria Villarruel, Francos la incorpora a la mesa de diálogo por el rol institucional que debe cumplir al frente de la Cámara Alta.
Ya demostró lo útil que puede ser para el Gobierno cuando su voto decidió la aprobación de la Ley Bases, un punto fundamental para la Casa Rosada.
Mientras tanto, un buen número de gobernadores ya hizo saber su interés por eliminar las PASO, pero habrá que ver si suman los votos necesarios para el dictamen, el quorum y su aprobación en el recinto.
De esto habló Francos cuando se reunió con los jefes de bloques del PRO, Cristian Ritondo, y de la UCR, Rodrigo De Loredo. Por eso se empezó a hablar más de la suspensión que de la eliminación de las PASO.
Lo ideal para Milei sería sesionar los jueves 6 y el martes 11 de febrero. Pero las fechas no darían. En los próximos días, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se reunirá con los jefes de bloque para definir el cronograma.
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En este panorama, aparece la figura del gobernador bonaerense Axel Kicillof, que tiene que resolver también su interna con el kirchnerismo, más allá de que Cristina le enviará una señal al pedir que los legisladores de su sector le aprueben el presupuesto a la provincia para que no entre en emergencia económica.
Kicillof debe decidir si desdobla las elecciones en Buenos Aires, para votar en forma separada los cargos nacionales y provinciales y si suspende o elimina las PASO. Todo dependerá de la negociación con Cristina y de lo que ocurra en el Congreso.
Para la expresidenta, no hay duda de lo que se debe hacer en la provincia: las elecciones tienen que ser simultáneas.
Pero el ministro de Gobierno de Kicillof, Carlos Bianco, mantiene el suspenso y no descarta nada. Dijo que “el desdoblamiento es una posibilidad de cómo se configure el escenario a nivel nacional”.
Otra cuestión es la ley de Ficha Limpia, que Milei envió a extraordinarias para aplacar el malestar del PRO y la UCR. En la Rosada creen que tendrán los números para aprobarla en Diputados, pero piensan que caerá en el Senado por la oposición del kirchnerismo.
Como siempre, en política nacional, hay una importante distancia entre el mundo ideal y el real.