La educación superior es el único de los niveles del sistema educativo argentino que todavía no ha regresado a la presencialidad en forma completa. Organizar el retorno paulatino a las aulas, tras casi dos años de virtualidad plena, ha representado un desafío para las instituciones que concentraron sus esfuerzos en las disciplinas prácticas y en las actividades de revinculación con grupos de alumnos que transitan su segundo año sin haber recorrido los pasillos de la universidad y con estudiantes a punto de recibirse que debieron reconstruir su futura práctica profesional.
La pregunta que se abre ahora es ¿cómo se vuelve?… Luego de haber tenido que repensar las prácticas habituales de enseñanza en un salto abrupto a la “educación en la nube”, se visibilizó la irregular apropiación de prácticas de enseñanza mediadas por tecnologías. El actual reto es capitalizar lo aprendido de la educación digital e integrarlo a la realidad de cada disciplina para lograr un nuevo contexto presencial.
Nuevos ecosistemas educativos universitarios
Este nuevo escenario presenta al menos dos variables a tener en cuenta: las particularidades disciplinares y las posibilidades institucionales, que van a definir el modo de integración de “lo nuevo” con “lo viejo”. Así, las nuevas propuestas se basan en la creación de un único plan educativo que debe integrar el trabajo asincrónico (que contará, según las instituciones, con mayor o menor mediación tecnológica) y el presencial.
Esto supone tomar una serie de decisiones didácticas, que son anteriores a las referentes a los dispositivos con los que cuente la comunidad educativa, y que implican la inclusión genuina de las tecnologías. Ante este imperativo, es necesario repensar qué espacios de acuerdo e interacción van a integrar las experiencias de todos los estudiantes, que traen con ellos aprendizajes dispares de acuerdo con la experiencia vivida en el último año.
Enseñar y aprender en los nuevos contextos
Ahora bien, al interior de las aulas, las prácticas y las acciones van a estar centradas en cómo integrar la multiplicidad de espacios de trabajo, en cómo superar las dificultades de acceso tecnológico, en el modo de articular lo disciplinar-pedagógico-tecnológico, y en la materialización de los aprendizajes de docentes y estudiantes. Respecto de los múltiples espacios, las propuestas pueden girar en torno a fomentar ámbitos de intercambio y vehiculización de los aprendizajes en redes sociales, whatsapp, blogs, plataformas digitales, entre otros.
Si nos detenemos en los aprendizajes de docentes y estudiantes, encontraremos una primera aproximación a la respuesta de “cómo se vuelve”, pues el camino recorrido, más allá de diferencias y especificidades, ha implicado una reconstrucción del sistema educativo.
En cuanto a los estudiantes, las competencias adquiridas estarán vinculadas con la etapa de la carrera que transitan, con cuán afectada se vio la profesión y con cómo vivieron la educación digital. Para lograr un entorno seguro que permita compensar aquellos contenidos que no se hayan alcanzado, es necesario conocer el estado de los aprendizajes, a fin de diagnosticar y poder diseñar las estrategias de revinculación que respondan a la diversidad de los estudiantes y a las variables del contexto.
En el caso de los docentes, el acento va a estar puesto en la reconstrucción de las prácticas, que se han visto interpeladas por una necesidad imperativa de flexibilidad en la enseñanza en contraposición a las prácticas clásicas de la universidad.
Las prácticas y las acciones van a estar centradas en cómo integrar la multiplicidad de espacios de trabajo.
En definitiva, la creación de nuevos escenarios nos lleva, independientemente de la disponibilidad tecnológica, a desestimar la falsa ilusión de continuar con las mismas acciones y formatos, para construir nuevos a partir de la inclusión genuina de lo aprendido.
(*) La licenciada Julieta Brizuela es colaboradora académica de la Dirección de Programas de EaD- SIED de USAL.
(*) Alejandra Lamberti es secretaria Académica de la Dirección de Programas de EaD-SIED de USAL.