La palta es un ingrediente versátil y saludable que complementa muchos platos. Sin embargo, quienes aman su sabor saben lo frustrante que es ver cómo se oscurece apenas se corta.
Esto ocurre por un proceso natural de oxidación que se activa al entrar en contacto con el aire. Afortunadamente, existe un truco simple para preservar su frescura y color durante más tiempo.
Claves para que la palta se oxide más lento
El método consiste en rociar la superficie de la palta con jugo de limón o lima. La acidez de estos cítricos actúa como una barrera natural que retarda la oxidación. Simplemente cortá la palta, esparcí unas gotas de jugo en la pulpa y, si es posible, mantené la semilla en su lugar. Luego, almacenala en un recipiente hermético o envuelta en film plástico, limitando al máximo el contacto con el aire.
Si el sabor ácido no es de tu agrado, otra alternativa es colocar la mitad de la palta junto a una rodaja de cebolla dentro de un recipiente. Los compuestos de azufre que libera la cebolla también ayudan a retrasar la oxidación, sin alterar significativamente el sabor de la palta.
Estos trucos no solo son efectivos, sino que también resultan económicos y naturales. Con un par de gotas de limón o una rodaja de cebolla, podés disfrutar de paltas frescas durante más tiempo, evitando el desperdicio.