Las hamburguesas siempre son una excelente alternativa para los almuerzos y las cenas, sobre todo por su versatilidad y las diferentes variantes que se pueden llevar a cabo. Además, se trata de una comida relativamente accesible, ya que todos los ingredientes se consiguen baratos en cualquier supermercado; y es una opción rendidora si se hace en casa.
Sin embargo, una de las principales dificultades durante el proceso de cocina tiene que ver con la masa. Cuando se manipula, muchas veces puede quedar demasiado líquida o incluso dura como una piedra: para solucionar ese inconveniente, solo se requiere un elemento secreto con la intención de que no se desarmen. Curiosamente, el elemento no es ni harina ni huevo.
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En general, las complicaciones aparecen cuando se efectúan sobre una placa, una sartén o hasta en la parrilla. Para evitar males mayores, lo recomendable es aplicar algún tipo de aglutinante, que servirán para unir cada parte entre sí. Uno de los mejores es el pan rallado, muy usado por ser fácil de encontrar e incluso de preparar en el hogar.
Por qué sirve el pan rallado y la avena para la masa de la hamburguesa
Por lo pronto, solo alcanza con mezclar una o dos cucharadas a medio kilo de carne picada, junto con los condimentos: así, se lograra absorber la humedad del corte, brindándoles firmeza y textura. Posteriormente, notaremos que salen más doradas y crocantes. También se puede implementar avena, que cumple la misma función pero es más sana y nutritiva.
El cereal molido se tiene que combinar con la carne para lograr una hamburguesa con bastante más fibra y con un sabor diferente, suave y dulce. Entre los principales consejos, uno de los más importantes tiene que ver con refrigerar la preparación casera durante al menos una hora, buscando que se endurezca y no se rompa cuando se cocine.

Además, sirve y mucho precalentar la sartén, la chapa o la parrilla a temperatura máxima y colocar las hamburguesas entre 4 y 5 minutos de cada lado -si se hacen en el horno, probablemente sea preciso dejarlas un poco más de tiempo-. Si no quedan bien cocidas, existe el riesgo de sufrir enfermedades derivadas de la bacteria Escherichia coli, como el Síndrome Urémico Hemolítico.
Qué hay que hacer para que la hamburguesa vegetariana no quede seca
En el caso de las vegetarianas, como las de soja texturizada, tofu, seitán y lentejas, ocurre que no son para nada cohesivas, y necesitan una ayuda en cuanto a la forma. Las verduras picadas tampoco son muy pegajosas, pero añadiéndole a la masa copos de avena el resultado será muchísimo más eficaz. El puré de papas, en ese mismo formato, es capaz de generar el mismo efecto, aunque podría romperse o desintegrarse si nos pasamos de aceite.

Al mismo tiempo, muchos de los ingredientes que son la base de las hamburguesas vegetales cuentan con un sabor neutro, por lo que es clave potenciarlo con salsas y especias: agregarlas en buenas cantidades asegura que tengan una sazón equilibrada, porque al dividir la mezcla, siempre y cuando el condimento sea escaso, el resultado final será insípido.
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La soja, el shoyu, el tamari o el teriyaki son interesantes variantes que se consiguen en herbolarios o tiendas específicas. Las salsas caseras bajas en grasa, como el tomate, pesto o patés vegetales, funcionan de forma similar. Por último, las hierbas surgen como imprescindibles, apuntalando el gusto y equilibrando las texturas: no conviene escatimar en romero, tomillo, albahaca o pimentón.