Todo lo que se hace en casa, más de resultar bastante más económico que comprarlo hecho, tiene un sabor diferente. Ocurre con cualquier preparación y el pan casero no es la excepción.
Y se comienza a disfrutar desde el momento en que se inicia la preparación aunque, muchas veces, requiere de un tiempo que no siempre se tiene. Sin embargo, esta receta es especial, porque permite tener un pan listo para comer que se cocina sin horno y en dos minutos.
Y más que eso, porque hay un ingrediente habitual en este tipo de alimentos de harina que suele jugar un rol clave: la levadura, ese polvito que permitirá que la masa leve y adquiera el tono necesario antes de la cocción.
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Pero para este tipo de panes que se hacen con esta receta, no es necesario. Son muy pocos elementos y bien al alcance de la mano en cualquier alacena de cocina. Y lo más importante: nada de encender el horno ni esperar varios minutos, porque basta una sartén sobre el fuego y un par de minutos, como un vuelta y vuelta de un churrasco, pero en este caso de un pan.
El resultado será un atractivo círculo similar al famoso pan árabe, que se podrá usar como tapa de sándwich o, incluso, con un cuchillo (y mucho cuidado de no romperlo) abrirlo por la mitad y así consumir menos harina.

Pero también se puede usar para acompañar cualquier comida en un almuerzo o cena y también cuando se prepara una picada, ya que estos pancitos toman un formato que los hace atractivos visualmente, además del sabor y la textura que alcanzan una vez cocidos.
Pan casero que se cocina sin horno: ingredientes para ocho porciones
- 250 grs. de harina de Trigo cuatro ceros (0000), que puede ser floja o todo uso
- 120 ml. de agua
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharaditas de polvo para hornear
- 4 grs. de sal fina
Pan casero que se cocina sin horno: modo de preparación
- En un bowl profundo, colocar el cuarto kilo de harina cuatro ceros y agregarle las dos cucharaditas de polvo para hornear y la pizca de sal fina, para que todo quede incorporado.
- Posteriormente, agregar los 120 ml. de agua (un vaso mediano), después las tres cucharadas del aceite de oliva y comenzar a mezclar todos los ingredientes. Primero, hacerlo con una cuchara de madera y una vez los ingredientes se unificaron, seguir la mezcla con la mano.

- Cuando dentro del bowl ya se formó una masa homogénea, echar un poco de harina en la mesada y continuar con el amasado ya en la mesada, hasta que quede una masa lisa y con una buena tensión (si queda muy flojita, hay que seguir amasando).
- Una vez que se formó el bollo, moverlo en la mesada y convertirlo en un chorizo al que se dividirá en ocho partes iguales (para que la división sea pareja, conviene siempre ir cortando en las mitades hasta llegar a ocho).
- Hacer un bollo con cada una de estas ocho partes y reservarlos en una bandeja o fuente durante unos 20 minutos. Es importantes taparlas con un repasador o con un papel film.
Pan casero que se cocina sin horno: modo de armado de cada unidad y su cocción
Pasados los minutos en los que los bollitos descansaron y se asentaron, comenzar la etapa final de la preparación con los siguientes pasos:
- Espolvorear harina sobre la mesada. Tomar un bollo, ponerle encima un poco más de harina y con la palma de la mano achatarlo. Luego, con un palo de amasar (o cualquier objeto similar que pueda cumplir la misma función), estirarlo hasta lograr un espesor de unos cinco milímetros.
- Calentar a fuego medio una sartén con un chorrito de aceite de oliva.
- Cuando el aceite está caliente, comenzar a cocinar los panes, echándolos de a uno dentro de la sartén. Se los cocina durante menos de un minuto por cada lado.
- Para saber que la temperatura del aceite y de la sartén es la adecuada, a los pocos segundos de puesto el pan, se deberá englobar la parte superior de la masa. Si no ocurre, es porque hay que subir el fuego.
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- Después de los dos minutos que dura la cocción vuelta y vuela, retirar el pan y ponerlo en una fuente o un plato para seguir con el resto de las porciones.
- Una vez que ya están todas, se puede servir en el momento. Y en caso contrario, los panes se pueden guardar, aunque hay que cubrirlos con un trapo húmedo para evitar que se sequen.