Hay opciones para hacer albóndigas que no sea de carne. Un buen ejemplo son las que se hacen de repollo, una opción ideal para quienes buscan una variante más liviana, económica y cargada de sabor.
El repollo es más barato que la carne. Además, es rico en fibra, vitamina C y compuestos antioxidantes. Es bueno para el sistema digestivo y para fortalecer las defensas.
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Estas albóndigas se pueden hacer fritas, al horno o incluso en una sartén con poco aceite. Se pueden acompañar con salsa de tomate casera o servirse con puré.

Repollo colorado. (Foto: Pexels)
Albóndigas de repollo (para 4 personas)
Ingredientes:
- ½ repollo chico (aprox. 500 g)
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 2 huevos
- 3 cucharadas de queso rallado
- 4 cucharadas de pan rallado (o avena fina)
- Sal, pimienta y nuez moscada a gusto
- Aceite para cocinar
Preparación:
- Picar finamente el repollo o rallarlo con mandolina o rallador grueso. Hervirlo en agua con sal durante unos 5 minutos, colar bien y presionar para retirar el exceso de agua.
- Picar la cebolla y los ajos, y rehogarlos en una sartén con un poco de aceite hasta que estén transparentes.
- En un bol, mezclar el repollo cocido, la cebolla, el ajo, los huevos, el queso rallado y el pan rallado. Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada.
- Formar las albóndigas con las manos (si la mezcla está muy húmeda, agregar más pan rallado).
- Cocinar en una sartén con un poco de aceite hasta que estén doradas de ambos lados, o llevar al horno precalentado a 200 °C durante 25 minutos, girándolas a mitad de cocción.