La polenta es un clásico de todos los inviernos argentinos. Cuando llega el frío, todos empezamos a recordar ese plato humeante y cargado de sabor. De herencia italiana, esta harina de maíz cocida se fue adaptando al gusto local.
En general suele servirse con salsa y queso, también existen versiones más elaboradas que la transforman en un plato mucho más nutritivo.
De eso se trata el pastel de polenta. En este caso, la harina de maíz reemplaza al puré del clásico pastel de papas. El relleno es también un clásico de carne picada con vegetales cocidos y condimentos.
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Es ideal par preparar en una fuente grande, gratinar en el horno y llevar al centro de la mesa un domingo familiar.
Pastel de polenta con carne y verduras (para 4 personas)
Ingredientes:
Para la polenta:
- 1 litro de caldo (de verduras o carne)
- 250 g de polenta instantánea
- 50 g de manteca
- 100 g de queso rallado
- Sal y pimienta a gusto
Para el relleno:
- 500 g de carne picada
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 morrón rojo
- 2 dientes de ajo
- 200 g de salsa de tomate
- Aceite de oliva c/n
- Sal, pimienta, pimentón y orégano a gusto
Preparación:
- Preparar el relleno: En una sartén grande, rehogar la cebolla, el ajo, el morrón y la zanahoria picados con un chorrito de aceite. Cuando estén tiernos, sumar la carne picada y cocinar hasta que se dore. Agregar la salsa de tomate, condimentar y cocinar a fuego bajo durante 10 a 15 minutos, hasta que espese un poco. Reservar.
- Hacer la polenta: Calentar el caldo en una olla grande. Cuando rompa hervor, verter la polenta en forma de lluvia mientras se revuelve constantemente con cuchara de madera para evitar grumos. Cocinar unos 5 minutos (o según indique el envase). Apagar el fuego, agregar la manteca y el queso rallado, y mezclar bien. Ajustar la sal.
- Armar el pastel: En una fuente para horno aceitada, colocar la mitad de la polenta como base y alisar. Distribuir el relleno por encima y cubrir con el resto de la polenta. Se puede espolvorear con más queso rallado por encima.
- Hornear: Llevar al horno precalentado a 200 °C durante 20 minutos, hasta que la superficie esté dorada. Dejar reposar unos minutos antes de servir.
