La salsa cheddar es un buen complemento como aderezo a unas papas fritas que se acompañen con unos vasos de cerveza helada.
Este queso, muy consumido en Estados Unidos, es intenso y muy salado, lo que potencia cualquier preparación.
Pese a estar asociado a la comida rápida, se puede preparar en casa de forma fácil y con pocos ingredientes.
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La clave de una buena salsa cheddar es derretir el queso para lograr una textura sin grumos. Algunas versiones incluyen harina o almidón para espesarla.

Ni en el microondas ni en la sartén: cómo recalentar las papas fritas para queden crujientes. (Foto: Freepik)
Salsa cheddar casera
Ingredientes:
- 200 g de queso cheddar rallado
- 1 taza de leche (puede ser entera o descremada)
- 1 cucharada de manteca
- 1 cucharada de harina (opcional, para espesar)
- Sal y pimienta a gusto
- Pizca de mostaza (opcional, para realzar el sabor)
Preparación:
- En una cacerolita, derretir la manteca a fuego bajo. Si se desea una salsa más espesa, agregar la harina y cocinar durante 1 o 2 minutos, revolviendo bien para que no se queme. Esto formará un roux.
- Incorporar la leche de a poco, mezclando constantemente con un batidor de alambre para evitar que se formen grumos. Cocinar hasta que la mezcla espese un poco.
- Agregar el queso cheddar rallado y seguir revolviendo hasta que se funda por completo. Si la salsa queda muy espesa, se puede añadir un poco más de leche.
- Condimentar con sal, pimienta y una pizca de mostaza si se desea. Servir caliente.