La sal es uno de los ingredientes más antiguos y esenciales de la cocina, pero también uno de los más sensibles a la humedad. Este problema, común en zonas con climas húmedos o en cocinas donde el vapor es constante, puede convertirla en una masa difícil de usar. Aunque no afecta su sabor, una sal apelmazada es incómoda al momento de medirla o esparcirla. Por eso, saber cómo almacenarla correctamente es clave para mantenerla siempre en buen estado.
Desde tiempos remotos, se buscaron formas de preservar la sal en su estado puro. Ya sea guardándola en contenedores de cerámica o mezclándola con arroz para absorber el exceso de humedad, las soluciones han ido evolucionando. Hoy, con recipientes herméticos y algunos trucos modernos, el cuidado de este ingrediente se ha simplificado, pero sigue siendo importante prestar atención a los detalles.
En la cocina, la sal no solo es un potenciador de sabor, sino también un símbolo de hospitalidad y buena fortuna en muchas culturas. Al protegerla adecuadamente, se asegura su funcionalidad y se preserva su valor simbólico.
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Consejos para almacenar la sal
- Usar recipientes herméticos: elegí frascos de vidrio, cerámica o plástico con tapa hermética. Este tipo de envase bloquea el paso de la humedad ambiental, manteniendo la sal seca y suelta.
- Colocar arroz en el recipiente: un truco clásico es agregar unos granos de arroz crudo dentro del frasco. El arroz actúa como absorbente natural de humedad, evitando que la sal se apelmace.
- Evitar fuentes de calor y humedad: guardá la sal lejos de la estufa, el horno o el fregadero, donde el vapor y el calor pueden afectar su textura. Elegí un lugar fresco y seco, como un armario o despensa.
- Elegir sal con bajo contenido de humedad: algunas sales, como la marina sin refinar, contienen más humedad natural. Optar por versiones refinadas o secas puede reducir los problemas de apelmazamiento.
- Usar desecantes: colocá pequeños paquetes de gel de sílice (los mismos que se encuentran en cajas de zapatos o productos electrónicos) en el área de almacenamiento. No deben entrar en contacto con la sal, pero ayudan a mantener el espacio seco.
