Existen varias opciones para comer un desayuno distinto y probar algo diferente y el simit es una de ellas. Este delicioso pan turco, recubierto de sésamo, es versátil y fácil de preparar. Existen algunas cosas que se necesitan saber para hacer esta receta tradicional en casa, además de su historia, y por qué se ha ganado un lugar en la gastronomía internacional.
El simit es un pan con forma de anillo, muy parecido a un bagel, pero con una corteza más crujiente y cubierto con semillas de sésamo. Es un alimento básico en Turquía y se ha consumido por siglos, tanto en hogares como en las calles, donde es habitual encontrar vendedores ambulantes que los preparan al instante. Su sabor suave, combinado con la textura crocante que le aporta el sésamo, lo convierte en un favorito a la hora del desayuno o merienda.
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El simit tiene sus orígenes en el siglo XV, en pleno auge del Imperio Otomano. Era un alimento clave para los soldados otomanos, quienes lo valoraban por su fácil preparación y por su capacidad de conservarse fresco durante días. Con el tiempo, este sencillo pan se fue convirtiendo en un elemento básico en la dieta turca y, hoy en día, forma parte de la identidad culinaria de ese país.
Ingredientes para preparar simit, el delicioso pan turco
- 250 gramos de harina.
- 10 gramos de levadura fresca.
- 5 gramos de sal.
- 5 gramos de azúcar.
- 15 mililitros de aceite de oliva.
- 125 mililitros de agua.
- 45 gramos de sésamo blanco.
Elaboración paso a paso del simit
- En un bol grande, mezclar 250 gramos de harina, 125 mililitros de agua, 10 gramos de levadura fresca, 5 gramos de azúcar, 15 mililitros de aceite de oliva y 5 gramos de sal.
- Amasar hasta obtener una masa suave y elástica. Cubrir la masa y dejarla reposar hasta que duplique su tamaño.
- Dividir la masa en bolitas de aproximadamente 70 gramos y estirarlas en forma de cilindro.
- Unir los extremos de cada cilindro para formar un círculo.
- Pintar cada aro con agua y rebosarlos en 45 gramos de sésamo blanco, asegurándose de que las semillas se adhieran bien.
- Colocar los simit en una bandeja para horno.
- Hornear a 180°C hasta que estén dorados y cocidos por completo.
- Dejar enfriar antes de servir.
A lo largo de los años, el simit ha logrado atravesar las fronteras turcas y ha conquistado las panaderías de todo el mundo. En países como Estados Unidos, este pan se ha convertido en una alternativa muy apreciada al clásico bagel, especialmente en ciudades con comunidades turcas significativas. Europa también ha sucumbido al encanto del simit, y es habitual encontrarlo en panaderías especializadas en ciudades como Berlín o París.
El simit es muy versátil a la hora de acompañarlo. En Turquía, suele ser parte del desayuno y se sirve junto a té o café. También es común disfrutarlo con queso, pepinos, tomates o aceitunas, logrando un equilibrio perfecto entre lo crujiente del pan y lo fresco de los vegetales. Esta combinación lo convierte en una opción ideal para una comida rápida y saludable, además de aportar un sabor auténtico de la cocina turca a cualquier mesa.
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Este pan no es solo un alimento delicioso, sino que también tiene propiedades beneficiosas para la salud. El sésamo que lo recubre es una excelente fuente de antioxidantes y ácidos grasos insaturados, lo que contribuye a la salud cardiovascular y protege el cuerpo de los radicales libres. Además, al ser un pan elaborado con ingredientes naturales como harina, agua, levadura y aceite de oliva, es una opción más saludable que otros productos ultraprocesados.
Incorporar simit a la dieta es una manera simple de disfrutar de un desayuno diferente y lleno de sabor. Su versatilidad para acompañarlo con distintos alimentos, junto con los beneficios nutricionales del sésamo, lo convierte en una opción ideal para quienes buscan alternativas saludables sin renunciar al buen sabor. En conclusión, es mucho más que un simple pan: es un emblema de la rica historia y gastronomía de Turquía que sigue ganando adeptos alrededor del mundo.