Giles Thevenet es francés, más precisamente de Cannes. Su nombre y apellido casi que lo eximen de mostrar su partida de nacimiento. Sin embargo, como cantaba Rodrigo en su célebre cuarteto “Soy cordobés”, este hombre lleva el acento de Córdoba capital.
Acento afrancesado, claro, pero acento al fin. Porque allí vive desde 1993, cuando una cordobesa lo enamoró y lo llevó a radicarse. Y aunque la vida, con el paso de los años, los condujeron por caminos diferentes, Giles se quedó en el barrio de Nueva Córdoba. Y transformó su casa, “La casa del francés”, en un bodegón escondido que sobresale por su estilo y su gastronomía.
Un menú que nada tiene que ver con lo francés (no es una patisserie -pastelería- ni tampoco una brasserie -cervecería-), sino un lugar bien argento, con platos suculentos y ambiente de living familiar de otra época.
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Del living que Giles creó cuando se instaló hace más de tres décadas. Tiempo en el que crió como suya a la hija de la que en aquel momento era su compañera, quien además le dio otra hija, en este caso biológica.
Aquel romance con Alicia duró 15 años pero el final de la relación no fue el corte de su vínculo con la gastronomía que surgió por necesidad: cuando recién llegó de Francia, hablaba poco español y tampoco sabía bien qué hacer. Y se asoció con un cordobés dueño del restaurante Quino, que en ese entonces estaba justo al lado de lo que terminaría siendo el bodegón de Giles, “La casa del francés”.
El bodegón escondido en Nueva Córdoba: un lugar para comer platos suculentos y sentirse como en el living de casa
Ubicado en Independencia 512, “La casa del francés” se encuentra en el corazón de Nueva Córdoba, rodeada de edificios en una de las zonas más modernas de la capital cordobesa. Y en ese contexto, este local gastronómico llama la atención desde el más absoluto bajo perfil.
Porque no tiene la estridencia de los grandes restaurantes sino un cartel sencillo en la puerta, con los colores de Francia, y en letras negras -además del nombre del lugar- dice “Restaurante-Parrilla”.
Adentro, luego de subir unas escaleras, los clientes se encuentran con un aire hogareño que da calidez. Luces bajas y paredes llenas de fotos familiares. Sí, como cualquier living, pero en este caso de múltiples familias que fueron aportando sus imágenes viejas en blanco y negro a pedido de Giles, para adornar el lugar.
De esa idea decorativa surgieron anécdotas tan curiosas como sentimentalmente impactantes, tal el caso de una familia que entregó una foto de un matrimonio besándose. La pareja iba siempre a comer hasta que un día el hombre murió y la mujer continuó yendo con sus hijos con un pedido para Giles casi como una condición: que les dé la mesa en la que está la foto de su difunto esposo.
Un bodegón de Nueva Córdoba con platos simples y tradicionales
El gran secreto de la cocina de este bodegón, más que un toque francés o un toque cordobés, pasa por tener un toque casero, en el contexto de un menú variado.
Qué es lo que más sale en el bodegón de Nueva Córdoba “La casa del francés”:
- Provoleta con tomate y cebolla.
- Empanadas de carne, frita y casera.
- Tablita de la casa (salame, queso, aceitunas, jamón cocido, pickles y roquefort).
- Bife de chorizo acebollado o con salsa de champiñones.
- Matambrito de cerdo al roquefort.
- Trucha salmonada.
- Ravioles de ricota y jamón con salsa de hongos.
- Papas a la crema.
- Espinaca salteada a la manteca.
- Tortilla de papa o espinaca.
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- Frutillas con crema.
- Flan con dulce de leche y crema.
Con una capacidad máxima para 50 personas, “La casa del francés” está abierta al mediodía de martes a domingo (12 a 15) y a la noche de miércoles a sábado (20 a 23). Los lunes, cerrado.