Argentina transita una de las mejores campañas triguera de su historia reciente.
Con la cosecha ya finalizada en el norte y avanzando con intensidad en el centro del país, las proyecciones privadas ubican la producción total por encima de los 24 millones de toneladas.
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Los rendimientos superan ampliamente las expectativas iniciales y configuran un escenario favorable, aunque atravesado por desafíos estructurales que vuelven a ponerse en evidencia.
Frente a este panorama, la Sociedad Rural Argentina (SRA) difundió una serie de recomendaciones y alertas para el sector.

Reclamos en un contexto de altos rindes
El primer eje señalado por la entidad apunta al esquema impositivo. Aunque el Gobierno nacional inició en enero un proceso de reducción de retenciones que luego se volvió permanente, la SRA insistió en la necesidad de eliminarlas por completo. Según la entidad, se trata de un tributo distorsivo que desalienta inversiones, resta competitividad y limita el crecimiento del sector. Con una cosecha abundante, el impacto de las cargas fiscales vuelve a cobrar centralidad en la discusión económica.
El segundo punto crítico planteado es la infraestructura, un problema que se repite cada campaña y que este año vuelve a mostrar su fragilidad. La SRA subrayó la importancia de contar con caminos rurales transitables, rutas nacionales y provinciales en buen estado y accesos eficientes a los puertos.
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En los últimos días circularon imágenes de embotellamientos de camiones en los ingresos al complejo portuario de Rosario, lo que encendió señales de preocupación por la capacidad logística disponible para absorber el flujo de cargas. Para la entidad, estas limitaciones son parte de un cuadro más amplio que incluye costos logísticos elevados, demoras burocráticas y obras postergadas.

Con la cosecha avanzando y sin restricciones oficiales al comercio, la SRA recomendó a quienes trabajan en el cereal realizar los análisis de calidad de cada lote antes de definir la estrategia de venta.
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En las últimas semanas, varios planteos llegaron a la entidad advirtiendo sobre descuentos aplicados por mal estado del grano. En un contexto de precios internacionales a la baja, este tipo de deducciones puede alterar la rentabilidad esperada. Por eso, la Rural insistió en la necesidad de una planificación comercial cuidadosa, ajustada a los resultados específicos de cada lote y a la dinámica del mercado internacional.
Más allá de la coyuntura, la entidad reiteró su voluntad de construir una agenda que devuelva competitividad al sector agropecuario. Señaló que el país necesita reglas claras, estables y sostenidas en el tiempo, que permitan desplegar inversiones y consolidar estrategias a largo plazo. La SRA sostiene que, si se coordina una agenda común y se fortalecen las instituciones, el campo —junto con otros sectores productivos— puede transformarse en uno de los motores de un crecimiento sostenido y federal.
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En un año marcado por rindes excepcionales, el mensaje de la entidad busca poner el foco en las condiciones que el sector necesita para transformar esos volúmenes en desarrollo, empleo y divisas para el país.



