Uno de los ámbitos que la inteligencia artificial (IA) ya empezó a transformar de manera profunda es el educativo. Desde la personalización del aprendizaje y el uso de herramientas de consulta y generativas en el aula, hasta la automatización de tareas administrativas de las instituciones, esta tecnología ofrece oportunidades significativas para mejorar la enseñanza y el aprendizaje.
Sin embargo, su integración en las aulas también presenta desafíos tanto para docentes y educadores, como para los alumnos.
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El debate actual en la Argentina está atravesado por el uso del teléfono móvil en las escuelas primarias y secundarias. Desde la UNESCO destacan el impacto de la IA en el ámbito educativo y las oportunidades significativas que presenta para enriquecer el aprendizaje.
La subdirectora General de Educación del organismo, Stefania Giannini, resalta que su implementación debe ser cuidadosamente regulada y con controles similares a los que se aplican a los materiales didácticos.
El artículo de la UNESCO titulado “La inteligencia artificial generativa en la educación: ¿Cuáles son las oportunidades y los desafíos?”, reveló que menos del 10% de las escuelas y universidades desarrollaron políticas sobre el uso de aplicaciones de IA, y los procesos para validar nuevos libros de texto son más rigurosos que los requeridos para implementar herramientas de inteligencia artificial en las aulas.
El documento enfatiza en que la educación debe seguir siendo un acto profundamente humano arraigado en la interacción social. Y que la IA tiene el potencial tanto de socavar la autoridad y el estatus de los docentes como de reforzar los llamamientos a una mayor automatización de la educación: escuelas sin docentes y educación sin escuelas.
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“La normalización de la tecnología es clave a corto y medio plazo, y la IA no es una excepción: un rechazo frontal solo ahondaría la brecha generacional y de adaptación tecnológica entre estudiantes y profesorado”, explicó Pablo Delgado, de Head of Brand & Comms de Luzia, una de las apps de asistencia personal con inteligencia artificial más difundida entre los argentinos, en diálogo con TN Tecno.
La introducción de los smartphones como una herramienta más en las escuelas, tendería puentes entre docentes y alumnos, según el experto. Esto serviría para aprovechar las bondades de este avance y normalizar la realidad de que los celulares ya son prácticamente una extensión de nosotros mismos: “La inteligencia artificial ya está integrada a la vida de los niños y adolescentes de manera orgánica y natural y ya no se trata solamente de una manera de socialización, sino una herramienta más para la gestión de su día a día”.
Para orientar este proceso de incorporación de la IA al aula, la UNESCO presentó en 2019 su propuesta Consenso de Beijing, que aborda cinco aspectos esenciales:
- Políticos: ¿Es la inteligencia artificial una prioridad en la agenda política? ¿Contribuye a mejorar la calidad educativa?
- Sociales: ¿Ayuda a cumplir con la función social de la educación?
- Pedagógicos: ¿Proporciona oportunidades para enriquecer el proceso educativo? ¿Cómo se puede integrar de manera significativa en la formación? ¿Puede facilitar la personalización del aprendizaje? ¿Aumenta la competencia profesional de los docentes?
- Éticos: ¿Aporta al bienestar colectivo? ¿Qué retos éticos surgen al integrarla en el ámbito educativo? ¿Es posible garantizar un uso responsable y ético de la IA? ¿Se puede desarrollar una inteligencia artificial con principios éticos sólidos?
- Emocionales: ¿Cuál es su impacto en la educación emocional? ¿Genera efectos emocionales en los estudiantes? ¿Es posible hablar de una inteligencia artificial que tenga dimensiones emocionales?
Desafíos de incorporar inteligencia artificial en el proceso educativo
En este contexto, surgen una serie de desafíos. Uno de los principales retos es asegurar que todos los estudiantes tengan acceso equitativo a las oportunidades que brinda la IA. La falta de infraestructura tecnológica adecuada puede profundizar las desigualdades existentes.
En este sentido, un desafío crítico es garantizar que todos los estudiantes tengan acceso equitativo a las tecnologías educativas basadas en IA. Esa escasez de recursos puede perpetuar desigualdades existentes en el sistema educativo
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La IA puede facilitar un aprendizaje más personalizado, pero también es necesario que los estudiantes desarrollen habilidades críticas para analizar y evaluar la información generada por estas herramientas. Esto incluye la capacidad de discernir entre información veraz y engañosa.
La capacitación docente es necesaria para una integración exitosa. La formación continua es esencial para maximizar el potencial educativo de la IA. Sin esta capacitación, es probable que la implementación de herramientas de IA no sea efectiva ni beneficiosa.
Incluso, hay quienes plantean que la introducción de la IA puede transformar el rol del docente, y desplazarlo de algunas funciones tradicionales. Esto podría llevar a una disminución del estatus profesional si no se maneja adecuadamente. Los educadores también deben reflexionar sobre cómo incorporar la IA de manera que respete principios éticos y pedagógicos. Esto implica evaluar cómo las herramientas tecnológicas pueden complementar, en lugar de reemplazar, la interacción humana en el aprendizaje.
Además, es crucial abordar las implicaciones éticas del uso de IA en el aula, sobre todo en lo que respecta a la privacidad y el manejo de datos personales. Los estudiantes, especialmente los más jóvenes, pueden no ser plenamente conscientes de estos riesgos, lo que requiere una concientización adecuada sobre el uso responsable de la tecnología.
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Como cualquier otro cambio de paradigma, la introducción de las IA en las aulas implica un proceso relativamente incómodo de adaptación a corto plazo.
Por eso, Delgado cree que es mejor abordarlo ahora que cuando su uso de manera clandestina esté aún más enquistado y requiera incluir prohibiciones y bloqueos: “Si bien es cierto que la integración de IA puede provocar un cierto nivel de distracción durante las clases, el entendimiento de la tecnología en sí misma, sus capacidades y sus usos, serviría para también educar a los jóvenes en el uso responsable de la misma, productivo para docentes y alumnos a partes iguales”, agregó el directivo de Luzia.
Delgado afirmó que la definición de pautas de integración de la IA en el día a día del aprendizaje es lo que puede presentar un mayor reto: “Que los profesores definan unas pautas de uso que no interrumpan el flujo de las clases o que sirvan para apoyar el desarrollo y no lo contrario”, expresó. Esto implica definir límites e iniciar un proceso de asimilación de la tecnología como parte integral de las aulas.
“Lo fundamental para hacerlo de manera coherente es entender las capacidades de la tecnología y ser capaces de sugerir herramientas útiles y con fundamentos sólidos que busquen fomentar y no sustituir un aprendizaje tradicional y de humano a humano”, concluyó.