Al día siguiente de la muerte de Caloi, sus compañeros de la contratapa de Clarín le dedicaron sus espacios para despedir al historietista.
En el caso de Altuna dibujó cuatro personas y la frase “Hasta siempre, negro”
Crist le dedicó una frase que dice: “… Ahora andará por ese mundo de nubes hechas con muchas rayitas, barcos de papel que navegan los arroyos que corren junto al cordón de la vereda, o tal vez en un submarino amarillo por el mar negro, negro de tinta china por supuesto”.
Sendra optó por un dibujo de Yo, Matías, en el que el niño mira una pluma voladora y dice ” … y ésa debe ser el alma de un dibujante, supongo”. Al pie de la viñeta completa: “Para el negro Caloi y su exquisita alma de dibujante”.
En el espacio que solía ocupar “su hijo”, Clemente, se ve la punta de una lapicera de pluma fuente con una gota, como llorando.
Cierra la página Tabaré donde Diógenes y el Linyera ven volar a Clemente como si fuera una estrella fugaz y un diálogo final: “Es así, los genios no necesitan alas para volar tan lejos …” “El universo tiene otra estrella…” “Snif”.
