El jazmín es una de las plantas más elegidas por los argentinos por sus flores llamativas y su aroma inconfundible. Además, le da un toque distintivo a los patios, jardines o balcones.
A pesar de estas características, cuidarlas requiere de mucha atención y precauciones. Para que la planta crezca sana y fuerte, hay que tener en cuenta varios detalles, como por ejemplo, dónde ubicarla.
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Dónde conviene ubicar el jazmín
El lugar donde ubiques el jazmín puede marcar la diferencia entre una planta florecida y una que no. Necesita mucha luz natural, pero no soporta el sol directo durante todo el día.
Por eso, las mejores opciones para colocar la maceta son:
- Balcón o terraza orientados al este o al norte, donde reciba sol suave a la mañana y sombra a la tarde.
- Cerca de ventanas con buena luz y ventilación, ideal para que respire y no se ahogue.
- Patios o galerías techadas que filtren la luz y eviten el calor excesivo.

Un dato a tener en cuenta es que el jazmín no puede desarrollarse bien en ambientes cerrados y sin circulación de aire. Si lo ponés en un lugar encerrado, lo más probable es que no florezca como esperás.
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Los cuidados esenciales para que el jazmín crezca fuerte
El jazmín es una planta trepadora de ramas largas y flexibles, y necesita algunos mimos para lucirse:
- Colocá tutores o una enredadera si querés que trepe por una pared o reja.
- Hacé podas de formación al terminar el invierno, sacando las ramas secas y guiando el crecimiento.
- Trasplantá a una maceta más grande cuando veas que las raíces ocupan todo el espacio o la tierra está muy compacta. Si no, podés pasarla directo al jardín.
- Aboná en primavera y verano con fertilizantes ricos en fósforo y potasio para estimular la floración.