Uno de los cables desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos que publica TN.com.ar revela un particular intento de Carlos Washington Pastor, canciller argentino de la junta militar y concuñado de Videla, de congraciarse con el Secretario de Estado norteamericano durante una reunión.
En setiembre de 1979, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH), integrada por prestigiosos juristas, visitó la Argentina para examinar la situación bajo la dictadura. Frente al local que ocupó en Avenida de Mayo, se alineaban los familiares de desaparecidos que buscaban a sus seres queridos. El informe final de la CIDH fue lapidario.
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Esto se sumaba al embargo militar que los Estados Unidos habían decretado contra la dictadura argentina como consecuencia de su política represiva ilegal. Meses después de la partida de la CIDH, el ministro de Relaciones Exteriores argentino viajó a Washington.
Según un documento , el secretario Cyrus Vance le dijo a Pastor que "el problema de las violaciones a los derechos humanos era un obstáculo, pero que el presidente James Carter y los Estados Unidos querían mejorar las relaciones con la Argentina".
Pastor le respondió "que la Argentina había atravesado una guerra civil, que la guerra ya había terminado, y que la Argentina estaba totalmente de acuerdo con los Estados Unidos en cuanto a la importancia de los derechos humanos y la democracia". Que la Argentina apoyaría esos conceptos "a causa de su propia historia y de su orientación de base más que como resultado de presiones", alegó.
Posiblemente para intentar relajar el clima tenso de la reunión, Pastor le dijo a Vance que su propio segundo nombre, Washington -que le fue dado porque había nacido el 4 de julio (día de la Independencia de los Estados Unidos)- era un símbolo de la importancia de la idea democrática en la historia argentina. Después, agregó que la Argentina"no quería confrontación sino entendimiento".
Vance le contestó que no tenía deseos de confrontar "pero que no quería desautorizar a la CIDH".
Ante la mención de la comisión, Pastor perdió el control y dijo que la CIDH "era un grupo con prejuicios que había escrito su informe antes de visitar la Argentina, como lo evidenciaba el hecho de que no había tenido en cuenta toda la documentación provista por el gobierno ".
Pastor continuó alegando que durante los "tres años de terrorismo" en la Argentina (presuntamente se refería al período de gobierno peronista, de 1973 a 1976) nadie, incluyendo miembros del Congreso o representantes de la Casa Blanca o el Departamento de Estado, había elevado la voz contra las violaciones de los derechos humanos por parte del terrorismo".
El experto diplomático, probablemente sorprendido por la tosudez de Pastor, el secretario de Estado cambió inmediatamente de tema.
