Es un número uno. Uno de los más cotizados, más buscados, más celebrados fotógrafos contemporáneos. En realidad, David Lachapelle, que tuvo como primer jefe a Andy Warhol y como primer trabajo la mítica revista Interview, es un artista visual: sus videoclips, sus piezas de publicidad, sus cuadros fotográficos crean un mundo muy personal y reconocible, una iconografía propia.
Todas las grandes celebrities estuvieron frente a su cámara. Desde Britney a Madonna, desde David Bowie a Uma Thurman, o Courtney y Kurt. Trabajó en revistas de moda, las mejores, ingeniándoselas para criticar la cultura fashion y de consumo.
Sus últimos laburos son puro guiño a la pintura clásica, naturalezas muertas y paisajes que cortan el aliento: posindustriales, posfabriles, siempre pop. Forman parte de la muestra extraordinaria que presenta en la Usina del Arte de la Boca.
Es la segunda vez que exhibe su trabajo en Argentina. Vale la pena darse una vuelta: las imágenes son enormes y alucinantes. Podés pasarte largos minutos frente a algunas de ellas, descubriendo nuevos y sorprendentes detalles.
Antes de la inauguración, en plena Noche de los Museos, para la que se esperan un millón de peregrinos trasnochados, hablamos con Lachapelle. De su mirada del sexo y cómo ha cambiado desde los ochenta. De Warhol, claro. De quién fue para él la más inolvidable experiencia. Del lugar del que provienen sus ideas, sus provocadoras imágenes.
"Nunca, nunca hice esto para ganar dinero, lo único que quise siempre, mi mayor obsesión, fue conmover a la gente", me dijo con el micrófono ya apagado mientras tomaba mate. En Uruguay, su escala anterior, se copó con el mate. Le encanta.