El nutricionista y experto en psicología positiva Ruben Bravo explicó cuáles son las causas frecuentes por las que una persona come demasiado rápido. Asimismo, advirtió que este comportamiento puede conllevar graves problemas a largo plazo.
Por qué las personas comen demasiado rápido
En diálogo con el portal CuídatePlus, el experto indicó que ingerir alimentos con mucha velocidad puede significar altos niveles de estrés y ansiedad.
Por otro lado, aclaró que hay “personas con tendencia a la obesidad tienen algunas hormonas, como la leptina, que definen exactamente la forma de comer compulsivamente”.

Según precisó, esto ocurre especialmente en alimentos adictivos, entre los que se encuentran aquellos con harinas refinadas, azúcares simples y grasas saturadas. “Comerlos les produce a estos pacientes un mayor nivel de felicidad y de tranquilidad, es decir, les estimula en exceso el neurotransmisor de la dopamina y la serotonina”, añadió.
Respecto de las consecuencias emocionales a largo plazo, esto puede hacer que se desarrolle un trastorno de la conducta alimentaria, con una fuerte adicción a la comida.
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“La persona se puede ver comiendo de manera compulsiva, ya esté triste o feliz, sin poder frenar ni controlar la forma en que se come, por qué se come y qué se come”, subrayó.
Las consecuencias físicas de comer demasiado rápido: desde acidez hasta ganar peso
Comer demasiado rápido puede tener consecuencias negativas reales. En ese sentido, Bravo precisó que cuando una persona apenas mastica antes de tragar el bocado en unos pocos segundos, “el ensalivado no se realiza correctamente y el alimento entra demasiado sólido en el estómago”. Esta mala práctica puede provocar no solo un mayor nivel de acidez, sino que también demanda un trabajo mucho más elevado a nivel estomacal.
Es importante aprender a identificar este comportamiento para poder trabajar en cambiarlo, dado que si se convierte en la manera habitual de comer, puede desencadenar problemas de salud a largo plazo, como por ejemplo la aparición de úlceras, es decir, llagas abiertas.

También puede derivar en un aumento de peso. Es que el estómago necesita varios minutos para enviar señales al cerebro que indican que ya consumió suficiente comida. Por lo tanto, aquellos que ingieren demasiado rápido tienden a comer una mayor cantidad.
“Hay un receptor en el estómago que está en la zona de arriba del mismo y que se pone en marcha a los 20 o 25 minutos de empezar a comer. Pasado este tiempo es cuando se activa la grelina, la hormona de la saciedad”, explicó Bravo.
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En esa misma línea, continuó: “Al entrar más alimento, el estómago empieza a aumentar en flexibilidad, con lo cual hay un momento en que los pacientes necesitan comer en grandes cantidades para sentirse saciados. No se engorda más porque mastiquemos poco, sino porque comemos muchísima más cantidad”.
Consejos para dejar de comer rápido
Según señaló Bravo, el primer paso es reconocer este comportamiento en uno mismo, así como también comprender las consecuencias que puede provocar. Asimismo, brindó recomendaciones para poder comer más despacio:
- Servirse pequeñas cantidades de comida en el plato.
- Hablar con el resto de personas de la mesa, para dejar que pase tiempo entre cada bocado.
- Comer una pequeña porción de algún alimento saludable antes del almuerzo o la cena, para así llegar con menos hambre.
- Saborear más la comida, para evitar tragar demasiado rápido.
- Dejar el tenedor entre cada bocado. En caso de que sean comidas que se comen con la mano, como una hamburguesa, apoyarla en el plato luego de cada mordisco.



