El año ya llevaba una semana, pero Zacarías Farber no pensaba esperar todo un ciclo calendario para comenzar un reto anual. Entonces el 6 de enero empezó la idea que cambiaría para siempre su vida: recoger una bolsa de residuos diaria durante 360 días.
Con una bolsa de consorcio, la mochila y unos guantes, a veces sólo y otras acompañado, se encaminó en un reto que lo llevaría no sólo a concientizar a la gente sobre la contaminación; sino que también a un camino de aprendizaje sobre constancia, disciplina y paciencia.
Leé también: Cuidar el planeta desde el aula: la iniciativa que promueve hábitos sustentables en escuelas de todo el país
En una entrevista con TN, el joven contó el inicio de su proyecto y reveló cuáles son las preguntas que más le hacen: por qué sostiene esta rutina, cómo es limpiar todos los días solo y hasta dónde cree que lo llevará su esfuerzo y sacrificio.
De Mallorca a Catamarca
Zacarías nació en España y a sus 11 años llegó a la capital de Catamarca acompañado de su mamá Anette Kern y su hermano. Sobre aquellos años, en su preadolescencia en la Argentina y el rol esencial de su mamá durante su crianza rememoró: “Nunca tuve mucho contacto con mi papá, más que nada me crio mi mamá”. Anette siempre fue muy presente e importante para su formación: “Mi mamá era artesana, vivía básicamente de eso”. Ella falleció en 2023, pero su legado acompañó al mayor de sus hijos, que jamás bajó los brazos en base a lo que aprendió de su madre.
“Trabajé de todo un poco, también hago música y deporte”, cuenta Zacarías, quien asegura que antes de empezar con el reto, la inspiración llegó por el contenido deportivo que consumía por las redes sociales: el reto de dominadas exponencial del creador de contenido Gero Arias que consistía en hacer una dominada más por cada día que pase hasta llegar a las 365. “A muchos jóvenes nos impactó mucho, fue un ejemplo de inspiración y superación, cuando empezó el año también quise hacer un reto”, explica sobre el inicio de su idea.

La motivación para hacerlo no vino sólo por aquel influencer, sino también por su mamá: “Quería ser lo más original posible, como que una cosa llevó a la otra. Mi mamá de chico siempre me educó sobre el cuidado ambiental”. Finalmente, las ideas convergieron y tomaron forma una noche con amigos: “Se me ocurrió hablando con amigos así de empezar un reto y dije ‘una bolsa de basura por cada día que pase del año’ y me gustó”.
Giro 360: el reto de la basura
Cada día, después de trabajar, salía a recolectar basura. Un amigo lo ayudaba grabando, pero él se ocupaba de la recolección y de editar los videos que subía a redes sociales. “Los primeros 100 días iba a la tarde, pero se me venía el atardecer encima. Entonces pasé a hacerlo a las 6 de la mañana”, contó sobre la dificultad de la luz del día.
Leé también: Cómo funciona el sistema de recolección de basura en algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires
El reto empezó de a poco: una dinámica exigente para una sola persona, pero alcanzable. Con el paso de las semanas, Zacarías no solo contó con el apoyo de sus amigos, sino también con el de miles de desconocidos. Sus videos se viralizaron y, de pronto, se encontró con una audiencia llena de mensajes de apoyo.

La motivación no quedó detrás de la pantalla: se trasladó a la realidad. Zacarías organizó convocatorias de recolección en distintos puntos de Catamarca. “Reafirma la convicción, la fe y demuestra que en las redes sociales a veces pasan cosas lindas”, comentó, y reconoció que al principio era reacio a ese mundo, pero con el tiempo comprendió que podía ser una herramienta.
El apoyo de la gente no solo se ve reflejado en la limpieza de lugares emblemáticos, como el Dique El Jumeal, sino también en lo que generó en él: “Siento que no estoy solo. Hay gente que espera ver el video del día y si no lo hiciera, sería fallarles a ellos y a mí”. La compañía le llega de completos desconocidos, unidos por una misma convicción.
“No tiren más basura”
A medida que el reto creció, Zacarías también lo hizo: continuó trabajando, descubrió su vocación por los Negocios Digitales y mantuvo su dedicación a la música y el deporte, aunque en menor medida por el tiempo que le lleva la recolección.
La rutina de salir todos los días, sin excusas, lo obligó a enfrentarse con su propia disciplina y a sostener un compromiso que no siempre fue sencillo. En ese proceso, encontró una versión más madura y fuerte de sí mismo, capaz de hacerse cargo incluso cuando nadie lo está mirando.
El impacto del proyecto también lo llevó a replantearse el futuro. Una vez que complete los 360 días, quiere seguir organizando convocatorias y explorar nuevas formas de generar conciencia. Sueña con llevarlas a otras ciudades, crecer como creador de contenido y retomar sus proyectos personales.
La última convocatoria del año será el 1 de diciembre, para limpiar una vez más el Dique El Jumeal: “Es muy turístico acá en Catamarca y siempre se vuelve a ensuciar. Donde limpio, la gente va y tira basura de nuevo”, explicó, y remarcó que no solo importa la acción, sino la conciencia.

Pero si algo cambió para siempre es su relación con la comunidad. Zacarías no esperaba que sus videos modificaran hábitos reales y, sin embargo, recibió mensajes de personas que dejaron de tirar basura gracias a él. Para este activista ecológico, ese es el verdadero logro: demostrar que una acción individual puede desencadenar un cambio colectivo.
Leé también: Adiós a las bolsas de basura: la alternativa ecológica que se impone en los hogares modernos
Por eso, su pedido final es directo y sin vueltas: “No tiren más basura”. No se trata de grandes discursos, sino de decisiones simples que cualquiera puede tomar. Su reto empezó en silencio, con una bolsa y un par de guantes, pero hoy ya dejó una marca en Catamarca y en la audiencia que construyó en redes. Y esa huella vale más que cualquier viralización.
Entrevista: Constanza Macieri



