Desde hace 13 años, el mundo es el hogar de Paula Debernardi, una argentina de 33 años que vive y trabaja a bordo de los cruceros más lujosos del mundo. Su historia, digna de una película, comenzó con un sueño de viajar y se convirtió en una vida itinerante, sin casa fija y con una varias valijas llenas de ropa y experiencias.
Hoy, como embajadora de marcas de lujo, recorre los océanos y los puertos más exóticos, pero confesó que empezó a extrañar la vida en tierra firme. “Mi motivación principal es económica, pero también la libertad que me da este trabajo”, contó Paula a TN. Y agrega: “Me puedo dar el gusto de hacer lo que quiera y cuando quiera. Pero lo más valioso que el dinero puede comprar es mi tiempo. Y si bien lo tengo, lo paso mucho tiempo a bordo”.
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La historia de Paula parece sacada de un guion. “Estudié Hotelería y Turismo en Argentina porque quería viajar, pero nunca me había subido a un avión. Apenas terminé la carrera, apliqué por Internet para un crucero en Australia y con 21 años me fui”, recordó la nacida en la localidad bonaerense de Martínez.
Lo que empezó como una forma de viajar, pronto se transformó en una carrera. “Fui creciendo mucho profesional y económicamente. Hoy esto para mí es un trabajo, ya no siento que viajo”, admite.

Su ascenso la llevó a ocupar un puesto de embajadora de marcas de lujo en empresas de primer nivel, trabajando para compañías que tercerizan las tiendas a bordo de cruceros de gigantes como Disney y Royal Caribbean. “No trabajo para los cruceros, sino para las marcas”, aclaró.
Una rutina a puro lujo, pero sin ventanas
La rutina de Paula es intensa y muy diferente a la de cualquier persona que vive en tierra. “Estamos en el océano volviendo a Texas, se bajan 6000 personas y se suben otras 6000 y volvemos a salir. Es una operación que no para nunca”, descubrió. Su jornada laboral es larga, con días de altamar que pueden ir de 9 de la mañana a 11 de la noche.
Aunque su vida a bordo es un privilegio, hay sacrificios. “Mi cabina no tiene ventana y hay días que no veo el mar. No estuve al aire libre. Queda en uno hacer el esfuerzo de tratar de salir”, confesó.
Sin embargo, su posición le permite tener beneficios importantes. “Tengo mi propio camarote con mi baño, eso hace a la privacidad, es un gran factor. En mis primeros ocho años compartí, y eso es difícil. Las comidas están todas incluidas”, relató.
A pesar de trabajar rodeada de lujos, Paula tiene los pies sobre la tierra. “Trabajo con el lujo, pero lo más valioso que el dinero puede comprar es mi tiempo. Y sé que si decidiera parar podría vivir varios años sin trabajar”, reflexionó. Su objetivo es generar una base económica que le dé la libertad de elegir. “Sabía que si iba a querer tener una propiedad la iba a tener que construir sola. Quiero que esos años de trabajo me compren tiempo, que si quiero dejar de trabajar unos años lo pueda hacer”, explicó.

Su vida personal, sin embargo, se ve afectada por la dinámica del trabajo. “Cualquier vínculo que uno entable tiene fecha de vencimiento. A lo largo de los años, para protegerse, uno no se abre tanto”, lamentó. “Hoy quiero construir un vínculo y es muy difícil en un barco. La gente a bordo no está en la misma situación que yo, o buscando lo mismo”, reflexionó en ese sentido.
Después de 13 años, Paula siente que esta etapa está llegando a su fin. “No es una vida compatible para tener una familia, más para una mujer. Hay gente que acá tiene hijos, pero están lejos. Esto tiene fecha de vencimiento”, reconoció.

Su próximo paso es buscar un lugar para establecerse. “No tengo casa. Cuando visito a mis padres, alquilo algo temporal. Estoy planeando mi próximo viaje. Uno de los proyectos es encontrar un lugar. Barajo entre Argentina y España”, reveló.
Hoy, la fanática de la Fórmula 1 que viaja por el mundo con tres valijas, sueña con un futuro más estable, un lugar propio y la posibilidad de seguir trabajando en lo que ama, pero con los pies en la tierra. “Estoy en tratativas con mi empresa para poder trabajar con ellos, pero más tiempo en tierra. Quiero seguir ligada a los cruceros, pero de otra manera”, completó.