En plena temporada invernal, mantener el hogar cálido sin que se dispare la factura de energía se vuelve una prioridad para muchas familias. Mientras en la Argentina se debate entre caloventores, estufas eléctricas y a gas, en Corea del Sur utilizan un sistema milenario que combina eficiencia, confort y ahorro: el “ondol”, un método de calefacción por suelo radiante que fue clave en la arquitectura del país asiático.
Qué es el “ondol” y cómo funciona
El término ondol significa “piedra caliente”, y es un sistema que se remonta a más de 2.000 años. Funcionaba mediante un fogón ubicado en el exterior de la casa que enviaba aire caliente por debajo del piso, generalmente construido con piedras o cerámica. Hoy en día, esta técnica se modernizó y utiliza sistemas eléctricos o de agua caliente, pero el principio sigue siendo el mismo: el calor sube desde el suelo y se distribuye de manera uniforme por toda la vivienda.

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Este método no solo mantiene la casa a una temperatura confortable, sino que también permite reducir el uso de estufas o aires acondicionados, que muchas veces calientan el ambiente de forma desigual y con mayor consumo energético.
Por qué es más eficiente que los métodos tradicionales
Una de las ventajas del sistema coreano es que calienta desde la base de la casa, lo que genera una sensación térmica más estable. Además, al no calentar el aire de forma directa sino las superficies, se evita la pérdida rápida de calor al abrir ventanas o puertas.
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Según estudios de eficiencia energética, el suelo radiante consume entre un 20% y 40% menos energía que los sistemas convencionales. Esto se traduce no solo en un mayor confort térmico, sino también en una disminución considerable en las facturas de gas y electricidad.