Con la llegada del invierno, muchas personas se preguntan qué conviene más: ¿usar una estufa o el aire acondicionado en modo calor? La decisión no solo afecta el confort del hogar, sino también el consumo de energía.
Aunque ambas opciones son válidas, hay diferencias clave que pueden ayudarte a elegir la alternativa más eficiente y económica.
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Las estufas tradicionales a gas suelen ser más económicas a largo plazo si contás con acceso al gas natural, ya que su consumo es menor en comparación con la electricidad. Sin embargo, requieren una correcta ventilación para evitar riesgos. Por otro lado, las estufas eléctricas pueden ser fáciles de usar y trasladar, pero consumen mucha energía y no son ideales para ambientes grandes.
El aire acondicionado frío/calor es una opción que cada vez más hogares adoptan durante el invierno. Aunque su instalación inicial puede ser más costosa, los modelos con tecnología inverter consumen hasta un 40% menos que las estufas eléctricas y calientan los ambientes de forma rápida y pareja. Además, permiten regular la temperatura con precisión y mantener un consumo más estable.
¿Por qué elegir una estufa a gas antes que un aire acondicionado?
- Menor costo operativo: el gas natural suele ser más económico que la electricidad, lo que se refleja en una factura más baja.
- Ideal para espacios grandes: las estufas a gas tienen mayor capacidad calórica y pueden calentar ambientes amplios con más eficiencia.
- No resecan el ambiente: a diferencia del aire acondicionado, que puede generar sequedad, las estufas a gas mantienen la humedad más equilibrada.
- Mantenimiento sencillo: requieren menos mantenimiento técnico que los equipos de aire acondicionado.
- Funcionan sin electricidad: muchas estufas a gas pueden seguir funcionando incluso durante cortes de luz.
Claves para aprovechar mejor la calefacción y gastar menos
- Cerrá puertas de ambientes que no se usen para concentrar el calor solo en las zonas que necesitás calefaccionar.
- Colocá burletes en ventanas y puertas para evitar filtraciones de aire frío.
- Usá cortinas gruesas que actúen como aislante térmico durante la noche.
- Mantené la temperatura entre 20 y 22 °C durante el día para lograr confort sin derrochar energía.
- Bajá la temperatura por la noche o apagá el equipo una vez que el ambiente esté templado.
