En la cocina, muchas veces desechamos partes de los alimentos que podrían tener un uso importante. Las cáscaras de tomate son un claro ejemplo de esto, ya que pueden tener una segunda vida antes de ser desechadas de forma definitiva.
El truco es sencillo y fácil de aplicar, ya que solo consiste en hervir en agua las cáscaras del tomate. Pero, ¿cuál es su función?
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Hervir las cáscaras de tomate sirve para que libere nutrientes esenciales que son beneficiosos para el crecimiento de las plantas. Al hacerlo, se extraen minerales y vitaminas que se disuelven en el agua, creando un fertilizante natural que podés usar para regar tus plantas.
Cómo preparar el fertilizante con cáscaras de tomate
- Reuní las cáscaras de tomate: no importa si son de tomates frescos o cocidos, todas sirven.
- Herví las cáscaras: colocalas en una olla con agua y llevá a ebullición durante unos 10-15 minutos.
- Dejá enfriar y colá el líquido: una vez que el agua se haya enfriado, colá las cáscaras y reservá el líquido.
- Aplicá en tus plantas: usá el agua resultante para regar tus plantas, aportándoles un extra de nutrientes.

Beneficios de usar el fertilizante con cáscaras de tomate
El agua de cáscaras de tomate es rica en nutrientes como el potasio, que es esencial para el desarrollo de las plantas. También contiene antioxidantes y vitaminas que pueden mejorar la salud del suelo y promover un crecimiento más vigoroso.
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Incorporar este fertilizante en tu rutina de jardinería puede marcar una gran diferencia en la vitalidad de tus plantas, haciendo que luzcan más verdes y saludables.