En enero pasado, la salida de turistas argentinos hacia el exterior creció en una proporción más que importante: un 74,9% en comparación con el mismo mes del año anterior. Así, viajaron fuera del país 2.599.600 residentes, según las Estadísticas de Turismo Internacional (ETI) del Indec.
A su vez, 1 de cada 10 argentinos está en riesgo de padecer un trastorno mental. Y los más susceptibles de sufrirlo son los jóvenes, de acuerdo a un estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA.
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Si unimos ambos datos, junto con el pasaporte metemos en la valija la posibilidad de padecer alguna emergencia de salud mental en el exterior, con toda la incertidumbre que eso genera. Es por eso que varias empresas del rubro de los seguros de viaje decidieron ofrecer esta cobertura.
Manifestaciones anímicas
“Es importante que existan empresas que le ofrezcan a los viajeros una cobertura de salud mental ya que es altamente probable que algunos puedan sufrir un ataque de pánico, estrés postraumático o ansiedad generalizada. Muchos de estos episodios pueden ser confundidos, por ejemplo, con un infarto, un ataque cardíaco o un ACV”, advierte Silvia Papuchado (MN11783), doctora en Psicología Clínica y vocal del Capítulo de Políticas Públicas de la Asociación Argentina de Psiquiatría y Salud Mental.
Papuchado sostiene que si bien es común que en un viaje se desencadene “un ataque de ansiedad generalizada porque el pasajero puede tener fobia a algún medio de transporte”, no es el único episodio probable.
“La diferencia horaria puede producir trastornos del sueño, lo que lleva a manifestaciones anímicas. Otra situación compleja puede ser el sentirse alejado del círculo social, lo que puede provocar un aislamiento o un estrés postraumático. Es el caso de alguien que percibe algo fuera de su rutina y lo vive de modo persecutorio”, afirma.

Por eso la doctora, cofundadora de la agrupación Familia Esperanza y coautora del libro “No están locos”, cree que la previsión cobra valor ante la potencialidad de una atención psicológica o psiquiátrica, la eventual toma de medicación y la internación, en caso de ser necesaria.
“Puede parecer una paradoja, pero las personas con preexistencia en patología mental, si ya están advertidas y atendidas, tienen menos posibilidades de padecer algún trastorno en un viaje al saber que cuentan con un seguro”, precisa.
Salud emocional, sin costo extra
“En PAX Assistance entendemos que el bienestar emocional es tan importante como el físico, especialmente al viajar. Por eso fuimos pioneros en integrar un Departamento de Salud Emocional a nuestro ecosistema de asistencia, ofreciendo contención, orientación y seguimiento profesional”, dice Alexia Keglevich, Fundadora y CEO.
La empresa atiende “desde crisis agudas hasta consultas emocionales cotidianas, a través de un equipo de especialistas que brinda respuestas reales, sin importar el país donde esté el viajero ni el huso horario”.
Pero suma una particularidad: incluye en la cobertura a los familiares directos del cliente, tanto quienes hayan viajado con él o ella como los que permanecen en el lugar de residencia habitual.
“Muchas veces, quien se queda sufre tanto o más que quien viaja. Sabemos que un hijo enfermo en el exterior puede ser angustiante para una madre o padre en casa. Por eso diseñamos una cobertura que incluye a los familiares directos que no viajaron, permitiéndoles acceder a asistencia emocional con el mismo equipo especializado”, asegura Keglevich.
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Para hacer uso del servicio, el viajero se contacta por WhatsApp o desde la app. Puede hacerlo desde antes de llegar al aeropuerto, en caso de que se vea afectado por ansiedad, angustia o miedo a abordar.

En cuanto a este nicho que la industria global de seguros para viajeros ha detectado, ¿cómo es la oferta? Según Keglevich, “aún es incipiente. La mayoría de las empresas siguen tratando la salud mental como un tema secundario, o lo abordan con servicios tercerizados que no priorizan la experiencia humana ni consideran una lógica holística”.
Protocolo específico
Desde el 10 de marzo de 2025, Celeste Asistencia al Viajero (una empresa con sede en Uruguay pero que vende sus seguros para viajeros también en Argentina) eliminó de manera explícita la exclusión de las enfermedades mentales en sus condiciones generales de servicio.
“Brindamos asistencia médica ante episodios de salud mental durante un viaje, al mismo nivel que cualquier otra afección. Además, establecimos un protocolo de atención específico validado por profesionales especializados”, subraya la doctora Mariana Moreno, médica psiquiatra (MN 90785 – MP 446207), vocera de Celeste.
Ese servicio se basa en “una primera ayuda psicológica brindada por personal entrenado en contención emocional que, tal como indican los protocolos internacionales, recoge información clave para el equipo médico. Luego, el caso se deriva a un profesional médico especializado en salud mental, quien asiste al viajero por videollamada o llamada telefónica y define el paso siguiente, según la situación clínica”.
Eso puede incluir una atención presencial, una derivación a internación o cualquier otra intervención necesaria a través de la red global de servicios de salud de la compañía. Moreno dice que esta implementación fue producto de un año de investigación y desarrollo, “e incluye aproximadamente el 65% de los trastornos mentales más frecuentes”. El costo del servicio no sufre incrementos por incluir salud mental.
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“A diferencia de otras soluciones más impersonales, creemos que este tipo de atención todavía requiere humanidad y empatía”, define la doctora.
La decisión de incluir la salud mental como parte estructural de las coberturas nació, en el caso de Celeste, a partir de “experiencias personales dentro del equipo y de la necesidad evidente tras la pandemia. Nos integramos -dice- a redes médicas internacionales, lo que nos permite adaptarnos a los marcos sanitarios de cada país”.
“Si el episodio ocurre por primera vez durante el viaje, la cobertura se activa como ante cualquier otra enfermedad. La asistencia se brinda ante imprevistos de salud. En casos donde ya existe diagnóstico previo, se debe contratar un plan con cobertura por preexistencias”, aclara Moreno.
En cuanto a las experiencias que han afrontado, en Celeste sostienen que antes de incorporar formalmente la cobertura de salud mental, ya habían intervenido en situaciones complejas vinculadas al bienestar psicológico de los viajeros.
“En ese entonces, brindábamos asistencia inicial en casos de urgencia. Se presentaron episodios graves, como brotes psicóticos o cuadros de desorientación, que requirieron contención profesional, administración de medicación, traslados en ambulancia o derivación a centros médicos. Si bien los costos corrían por cuenta del pasajero, estas experiencias nos permitieron dimensionar la necesidad real de incluir la salud mental como parte estructural del servicio”, argumenta Moreno.

Sistema de alertas
David Tejerina es fundador y Responsable de Proyecto de telemedicina-life.ar, plataforma de salud digital aprobada por el Ministerio de Salud de la Nación que permite a los pacientes acceder a consultas médicas online sin barreras geográficas.
Entre sus servicios, ofrece el Plan Médico Global para Viajeros, con un “sistema de alertas automáticas ante posibles focos de estrés” que puedan padecer. También brinda talleres de salud mental, para prevenir patologías de esta índole.
“El Plan Médico Global para Viajeros es una solución que los asiste en diversas especialidades, y en momentos de estrés, ansiedad, angustia, depresión, insomnio. Permite acceder a médicos especializados a través del celular en español, inglés y portugués, sin importar el destino en el que el cliente se encuentre, por lo que ayuda a ahorrar tiempo, dinero y evitar largas esperas en lugares desconocidos”, puntualiza.
Tejerina dice que los problemas más comunes que sufren los viajeros, entre muchos otros, incluyen:
- Estrés: ansiedad por adaptarse a un nuevo país y cultura.
- Soledad: falta de apoyo emocional lejos de familiares y amigos.
- Miedo a lo desconocido: incertidumbre sobre cómo manejar emergencias de salud en otro país.
- Problemas gastrointestinales: intoxicación alimentaria o malestar estomacal debido a nuevos alimentos o agua contaminada.
- Enfermedades tropicales: riesgo de malaria, dengue o fiebre amarilla.
- Lesiones físicas leves: caídas o golpes al realizar actividades físicas o de aventura.
- Problemas respiratorios: alergias o resfriados por cambios climáticos o exposición a contaminantes.
- Deshidratación: falta de agua en destinos con climas calurosos.
- Trastornos del sueño: dificultad para dormir debido al jet lag o el nuevo entorno.
- Accidentes en actividades al aire libre: lesiones durante excursiones.
- Dolores musculares o articulares: por el esfuerzo físico de caminar mucho o cargar equipaje pesado.
- Falta de acceso a recetas o medicamentos esenciales: problemas para conseguir medicinas de uso regular.
- Incertidumbre sobre seguros médicos internacionales: Dudas sobre coberturas, costos y cómo acceder a atención médica en otro país.
- Rechazo cultural o barreras lingüísticas: dificultad para comunicar síntomas o necesidades en otro idioma.
- Fatiga extrema: los vuelos largos o el cambio de horarios puede afectar el bienestar físico y mental.
- Falta de acceso a consultas médicas urgentes: no saber a quién acudir en caso de necesitar atención médica rápida y especializada.
- Estrés por situaciones de salud de familiares durante el viaje: temor en quienes viajan con niños o adultos mayores.
- Interrupción de tratamientos médicos: preocupación por no poder continuar con las terapias al viajar.
“Siempre que el viajero no esté en riesgo de vida puede recibir atención médica en telemedicina-life.ar. En el caso de salud mental, incluso atendemos a pacientes con diagnóstico crónico y también aquellos que necesitan continuar con una terapia”, indica.
Un caso que menciona es el de un suscriptor que viajó al exterior, y en un paseo con la moto se quebró el codo. “Fue a la guardia de un hospital y nos escribió en crisis, con un ataque, preocupado por lo que iba a suceder con su salud. Una de nuestras psicólogas lo contuvo mientras el viajero esperaba ser atendido y logró salir de ese momento traumático”, recuerda Tejerina.
Pasaporte, abrigo y protector solar integran la lista de lo que hay que llevar. Que el desamparo emocional no tenga lugar en la valija.