Sentirse con poca energía durante el día se está convirtiendo en un problema común de las personas. Muchos creen que esto se debe a una mala alimentación o a pocas horas de sueño. Pero, expertos en metabolismo indicaron que en realidad hay otros factores que determinan la energía diaria.
La clave de esto está, según varias investigaciones, en la calidad de sueño y el manejo del estrés. Estos dos agentes impactan directamente en cómo el cuerpo produce y regula la energía, incluso más que la comida.
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Sara Gottfried, médica experta en metabolismo hormonal, explicó que este cansancio puede estar dado por un desequilibrio en los niveles de cortisol, generando una “fatiga metabólica”.
A esto, se suman estudios realizados por el Institute for Functional Medicine que afirman que la capacidad de nuestras células de generar energía se ve afectada más que nada por el estilo de vida que uno lleva adelante, más que por lo que uno ingiere. Esto significa que hábitos como dormir poco, no moverse lo suficiente o pasar horas frente a pantallas pueden influir más que el pan o el azúcar en cómo nos sentimos.
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De esta forma, los especialistas dan una serie de consejos para llevar una vida más saludable y llena de energía:
- Dormí entre 7 y 8 horas por noche: el descanso profundo es clave para que tu cuerpo recupere energía y regule bien las hormonas.
- Reducí el estrés con técnicas como meditación o respiración consciente: el exceso de cortisol agota el sistema nervioso y afecta tu vitalidad.
- Optá por comidas balanceadas: priorizá vegetales, proteínas magras, grasas saludables y evitá los ultraprocesados.
- Movete todos los días, aunque sea 20 minutos: caminar, hacer estiramientos o alguna actividad física, activa tu metabolismo y mejora el ánimo.
- Tomá suficiente agua: incluso una leve deshidratación puede hacerte sentir cansado o con niebla mental. Mínimo necesitas 2 litros de agua por día.
- Tomá sol y aire fresco todos los días: la luz natural regula tu reloj biológico y mejora la producción de energía celular
- Desconectá de las pantallas antes de dormir: el exceso de estímulo visual altera el sueño y afecta tu descanso.