Las empanadas son un clásico de la gastronomía argentina. Están presentes en distintos momentos y, cuando se trata de representar al país en un plato, suelen destacarse. Sobre la base de esta tradición, hay diversos secretos y preparaciones asociadas con ellas.
En buena medida, uno de los aspectos clave es la masa, junto con un relleno abundante y jugoso. Si bien es complejo precisar cuáles son los gustos que se imponen en general, las de carne y pollo tienden a ser las más buscadas. Sin embargo, al momento de hacerlas en casa, ¿cuál es la mejor forma de prepararlas?
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El error común al preparar empanadas caseras y el secreto de las rotiserías al hacerlas
A simple vista, hacer empanadas parece fácil, pero cualquiera que haya intentado cocinarlas sabe que se pueden presentar algunos inconvenientes. Es muy factible que el relleno se derrame durante la cocción o que la masa se rompa. Esto afecta tanto la presentación como el sabor.
Para evitar estos inconvenientes, las rotiserías tienen un truco infalible que garantiza que las empanadas salgan doradas, crujientes y con el relleno intacto. Estos son los pasos clave, para hacer una clásica empanada de jamón y queso:
- Jamón y queso fríos: se recomienda mantener los ingredientes refrigerados, hasta que falte poco para el momento del armado. Esto evita que el queso se derrita antes de tiempo o que la humedad del jamón sea evidente. En ambos casos, se complica el sellado.
- Sellado firme: para evitar que las empanadas se abran, se sugiere humedecer un poco el borde de la masa antes de cerrarlas. Esto ayuda a que se adhieran mejor.
- Cantidad justa de relleno: no hay que sobrecargarlas. Un exceso de jamón o de queso puede hacer que la masa no soporte la presión y se rompa.
- Horno bien caliente: la recomendación es cocinar las empanadas a temperatura alta, entre los 200 y los 220 °C. Esto permite que se doren rápidamente y evita que la humedad del relleno debilite la masa.
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Con estos consejos, las empanadas de jamón y queso quedarán tan deliciosas como las de la mejor rotisería. Varios de estos pasos pueden repetirse con otras recetas, si se tiene en cuenta consideraciones similares con otros rellenos que puedan ser más o menos húmedos y la atención que la masa reclama.
