El frío es un gran aliado para disminuir la inflamación y el dolor de garganta. Masticar cubos de hielo o consumir bebidas congeladas puede ofrecer alivio inmediato, especialmente en niños, quienes a menudo no toleran bien otros tratamientos. Este remedio es ideal para reducir la inflamación sin necesidad de medicamentos.
Caldos calientes: una opción nutritiva y reconfortante
Consumir sopas calientes, como el tradicional caldo de pollo, no solo alivia el dolor de garganta, sino que también mantiene el cuerpo hidratado y aporta nutrientes esenciales. Estos líquidos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, especialmente en casos de amigdalitis o resfriados, favoreciendo una recuperación más rápida.
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Pastillas de regaliz: antiinflamatorias y naturales
Las pastillas de regaliz son conocidas por sus propiedades antiinflamatorias, lo que las convierte en un excelente remedio para calmar el dolor de garganta. Este ingrediente natural actúa contra la hinchazón de las amígdalas, ofreciendo un alivio inmediato. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no son recomendables para niños pequeños debido al riesgo de atragantamiento.
Humidificadores: el aire húmedo al rescate
El aire seco puede empeorar el dolor de garganta, especialmente durante la noche. Utilizar un humidificador, especialmente de vapor frío, o incluso sentarse en una habitación con vapor (como después de una ducha caliente), puede ayudar a aliviar la molestia. Este método es particularmente útil para mantener la humedad en el ambiente y facilitar la respiración.
Si bien estos remedios caseros son efectivos, en caso de fiebre persistente, dificultad para tragar o dolor que no desaparece en 48 horas, es importante consultar a un profesional de la salud para descartar infecciones bacterianas como la faringitis estreptocócica.