Ubicar un microondas en el lugar adecuado es esencial para evitar riesgos y garantizar su buen funcionamiento. Uno de los peores lugares es cerca de otros electrodomésticos grandes, como la heladera o la estufa, ya que la proximidad puede interferir con su rendimiento, y afectar tanto su eficiencia como su vida útil.
También se debe evitar colocar el microondas bajo estantes porque necesita un espacio libre para ventilarse. La falta de ventilación adecuada puede causar sobrecalentamiento, lo que incrementa el riesgo de incendio y reduce la vida útil del aparato.
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Colocar el microondas en espacios muy cerrados o estrechos es otra práctica que se debe evitar. Estos lugares impiden la circulación de aire necesaria, aumentando las probabilidades de que el aparato se sobrecaliente durante su uso.
Las áreas húmedas, como cerca de lava platos o lugares con riesgo de derrames, tampoco son recomendables. La humedad puede dañar los circuitos electrónicos del microondas, incrementando el riesgo de fallas eléctricas y cortocircuitos.
Por la misma razón, se debe evitar ubicar el microondas junto a dispositivos electrónicos sensibles, como televisores o computadoras. La radiación electromagnética generada por el microondas puede interferir en su funcionamiento y viceversa.
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Además, ubicar el microondas en un estante sobre la hornalla también es peligroso, ya que el calor y el vapor de la cocina pueden dañar sus componentes y aumentar el riesgo de incendio, además de acortar su vida útil.
Para quienes prefieren tener el microondas en un lugar accesible, es mejor optar por una encimera o repisa específica para él, siempre con espacio alrededor para una correcta ventilación. Esta disposición también facilita su uso sin poner en riesgo su funcionamiento.
