Reducir la grasa abdominal es un objetivo de muchas personas, y aunque es común recurrir a dietas estrictas o pasar largas horas en el gimnasio, el médico Eric Berg especializado en nutrición y ayuno intermitente, propuso un método sencillo: caminar.
Según Berg, esta actividad cotidiana es efectiva para quemar grasa, sobre todo en la zona abdominal, sin necesidad de un equipo especial ni rutinas complejas. Caminar de forma regular puede ser una herramienta poderosa para quienes buscan mejorar su salud metabólica y perder peso de forma sostenible.
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La efectividad de caminar radica, según el especialista, en su capacidad para activar la quema de grasa sin elevar de manera significativa los niveles de insulina. Esto es crucial, ya que, según Berg, es una hormona que juega un papel central en el metabolismo de las grasas. Cuando la insulina está baja, el cuerpo comienza a utilizar las reservas de grasa como fuente de energía, lo que facilita la pérdida de peso en áreas difíciles como el abdomen. En este sentido, más que el tipo de ejercicio, la clave está en cómo se regula esta hormona en el cuerpo.
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Para potenciar aún más este proceso, el doctor Berg recomienda complementar la caminata con una dieta baja en carbohidratos y la práctica de ayuno intermitente controlado por un profesional. Estos hábitos ayudan a reducir los niveles de insulina y promueven un cambio en la fuente de energía del organismo, según comenta el médico.
El doctor también enfatiza que la constancia es fundamental para obtener resultados visibles. A diferencia de los métodos drásticos, caminar con regularidad y seguir una alimentación controlada son hábitos sostenibles a largo plazo que pueden marcar una diferencia significativa en la composición corporal sin necesidad de intervenciones extremas.
Asimismo, Berg advierte que los ejercicios de alta intensidad y las dietas restrictivas pueden generar un aumento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que a su vez contribuye a la acumulación de grasa abdominal. Caminar, por el contrario, es una actividad de bajo impacto que no eleva el cortisol de manera significativa, lo que la convierte en una opción más adecuada para quienes buscan reducir grasa sin estresar el cuerpo.
