Una mansión francesa ubicada en el corazón de Barrio Parque abrió sus puertas para una experiencia sensorial que reúne lo mejor de la música, la gastronomía y las performances artísticas.
Esta propuesta disruptiva, que tendrá cinco ediciones a lo largo del año, fusiona los platos típicos de diferentes restaurantes y la coctelería con bandas que tocan en vivo en distintos espacios de la casona.
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Para su inauguración, Chandon Home Experience by Argenta.ft contó con 150 invitados, entre los que se encontraban artistas y figuras de la escena actual como Malena Villa, Tefi Russo, Co Isla, Dante Spinetta, Violeta Urtizberea y Juan Ingaramo.
Las bandas encargadas de ponerle música a la primera edición del evento fueron El Zar, Un Muerto Más, Franco Rizzaro, Dándara, T-SHINE y Cata Ammaturo, que tocaron durante 15 minutos en diferentes espacios de la mansión. El cierre estuvo a cargo de Bandalos Chinos, con un show más extenso al aire libre.
Croqueta china de kimchi, pastas frescas, y un postre de tres chocolates, naranja, jengibre y tofee salado fueron algunas de las opciones que el público deleitó en los distintos sectores de la casa -como la cava o el jardín- mientras disfrutaban la música en vivo. Además, en todo momento se ofrecían copas de la bebida espumante para degustar sus variedades.
Cómo es la experiencia que fusiona gastronomía, música y arte en Barrio Parque
“Decidimos abrir las puertas de nuestra casa, para que la gente venga a vivir una experiencia inmersiva, gastronómica y musical”, comentó Guadalupe Borzone, Gerente de Marketing de Chandon, sobre las oficinas de la marca. El ciclo cuenta con la curaduría de André Parisier y Lucas Pombo, del Polo Cultural Saldías.
El público se divide en cuatro grupos para poder disfrutar al máximo de la experiencia. Así, recorrerán los diferentes espacios en simultáneo: cada sector de la casa tiene un chef gastronómico asociado a una banda, para lograr una conjunción perfecta.
Además, el ciclo se diferencia por la deslumbrante ambientación temática de cada una de las habitaciones, para que quienes asistan se sientan inmersos en otra realidad. Incluso, el espectador tiene la posibilidad de interactuar con los artistas, rompiendo así con la cuarta pared y siendo parte de sus relatos.
La propuesta disruptiva se instala como un oasis en la cotidianidad porteña. El plan no solo contempla una salida nocturna para deleitarse con sabores y coctelería, sino que permite rodearse de arte y música en una locación atrapante.
