Escalar el Aconcagua, la montaña más alta de América latina, es todo un desafío para cualquier persona. La dificultad se hace mayor si tu trabajo es atender a los andinistas que sufren problemas de salud a miles de metros de altura y además tenés que vivir durante semanas en el consultorio más alto del mundo con temperaturas bajo cero. Esa es la vida que eligió Laura Moreno.
La cirujana de 33 años siempre fue tan fanática de la actividad en montañas como de la medicina. Desde chica, en su Córdoba natal, solía salir a escalar distintos cerros, pero jamás se imaginó trabajar a más de 5000 metros de altura.
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Sus primeros contactos con la medicina de montaña fueron salidas con colegios por Sierra Grande y Sierra Chica. Su función era viajar con ellos por si ocurría alguna urgencia. Paralelamente, su carrera universitaria avanzaba y su atracción por este tipo de atención crecía. “Comencé a hacer cursos paralelos para estar preparada, me formaba en incendios forestales o rescates, ente otras cosas”, contó a TN.
Finalizada la residencia en cirugía y con el título de Médica bajo el brazo realizó un curso de medicina de alta montaña con el servicio médico de Aconcagua. Como la pandemia no le permitía hacerlo presencial, desarrolló la especialidad de manera virtual. De todas maneras, se hizo de los contactos que quería y en 2022 mandó su currículum: “Con todos los cursos que tenía hechos, les servía mucho mi perfil”.
Fue entonces que comenzó la aventura. La primera parada fue Confluencia, un campamento ubicado sobre el cerro Aconcagua que está a 3200 metros de altura. Luego lo siguen Plaza de Cóndores (4200 metros), Plaza de Mulas (4300) y finalmente Nido de Cóndores (5600 metros)
“Llegué por mis propios medios al parque. Me daba mucha intriga todo. Yo había un mes disponible para trabajar, pero siempre que iba a la montaña estaba entre cinco o siete días y al final estuve 30″, contó Laura sobre su primera experiencia.
Cómo es trabajar en el consultorio más alto del mundo
“La unión entre la medicina y la montaña, la convivencia entre el clima y el paisaje es lo que lo hacen hermoso”, definió Moreno sobre su trabajo en temporada en el cerro Aconcagua. Pero detrás de esa frase, se esconden un montón de desafíos para sobrellevar como el clima, la soledad y los momentos de tensión para asistir a los andinistas.
La cordobesa de 33 años contó que los médicos inicialmente suelen dormir en el ingreso al parque y que el ascenso es progresivo hacia los distintos campamentos. Todos deberían estar aptos para escalar hasta el campamento más alto de todos, pero también tienen disponible los relevos en helicóptero tanto para subir como para bajar.
“No se suelen fijar tanto en lo físico sino en lo que le puede dar como especialidad al grupo. Hay de todas las especialidades, entonces eso ayuda por si hay algún caso en particular”, explicó Laura, quien formaba parte de un equipo de 22 personas cuando ingresó. Hoy ese staff médico ya es de 31 especialistas.
El flujo de trabajo es por turnos y van variando entre los distintos campamentos. “Solemos tener uno o dos médicos por turno. Yo vivo en Córdoba entonces me conviene viajar muchos días, pero los que viven en Mendoza hacen poquitos días y bajan”, explicó.
El campamento está compuesto por dos domos: uno dedicado exclusivamente para la atención médica y otro en el que viven los especialistas. En el primero, contó Laura, tienen muchos recursos para atender: “Hay desde desfibriladores hasta electrocardiogramas, también hay para procedimientos quirúrgicos. Están muy bien equipados”.
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Luego, está el domo de staff, donde viven los médicos. “El tamaño de estos domos depende del campamento. El más completo tiene una pequeña cocina, como un anafe, una pileta de agua y está equipado con comida. Tiene un colchón con un catre y una mesa”, detalló.
El límite de tiempo que permanecen en cada campamento es variable, pero en Nido de Cóndores los médicos no pueden estar más de siete días seguidos porque las condiciones son realmente desfavorables. “Nunca te terminas de aclimatar, a mayor altura tenés menos disponibilidad de oxígeno”, indicó.
“Generalmente, se suele dormir mal en la altura, hay mucho insomnio y mucho dolor de cabeza. Muchos no tienen tanta hambre y hay que mantenerse hidratado”, explicó la cirujana cordobesa.
En ese sentido, explicó que las mayores complicaciones aparecen cuando deben hacer las recorridas: “Tenemos que hacer controles rutinarios y estar atentos a las personas que se quedan en el medio del campamento y la cumbre, porque son ocho horas caminando. Es difícil porque moverse cansa, caminas 500 metros y te falta el aire.”
El clima es otro de los grandes desafíos a semejante altura: “La temperatura es bajo cero y cuando quiere hacer cumbre se hace más complejo. Si vas hacia arriba y querés sacarte los guantes, corres el riesgo de congelarte”.
“En Nido de Cóndores estamos casi siempre de campera. El agua se congela cuando es de noche”, contó Laura. En ese marco, la soledad ataca: “Se hace difícil. Se hace un poco largo cuando la puesta del sol es a las nueve de la noche”.
Esta última temporada a Laura le tocó hacer un turno de siete días sola en el consultorio más alto del planeta, sin internet ni teléfono. Así lo vivió: “Me tocó sola después de un ascenso a la cumbre, por lo que pude relajar. Trato de leer y salgo a caminar para ayudar a aclimatarse, es difícil olvidarse del celular, pero se puede. Cuando coincidimos con guardaparques o patrulleros de rescate tratamos de disfrutar el momento”.
En el medio, está su familia: “Ellos están orgullosos. Yo estoy en pareja y se extraña, es difícil. Obviamente que me apoya, pero cuando son varios días y se llega al mes, se extraña muchísimo”.
Cinco recomendaciones para subir el Aconcagua
- “Siempre recomendamos el ejercicio físico regular para el que quiera subir el Aconcagua”.
- “El ascenso tiene que ser progresivo y no el que está de moda, que es el ascenso veloz, porque no le das tiempo al cuerpo para aclimatarse”.
- “La hidratación es clave para aclimatar al cuerpo a la altura”.
- “Está bueno, antes de ir a una montaña muy alta, haberse expuesto a montañas de menos dificultad. La exposición previa a la altura es muy importante”.
- “El equipo médico es importante. Si una persona tiene una enfermedad debe llevar su medicación, si son alérgicos a medicación que pongan una identificación de eso y siempre para tener: curaciones simples, desinfectantes, gasas limpias, analgésicos, paracetamol, ibuprofeno, reliveran”.
Los principales problemas de salud que afectan en altura
- “Una de las causas que más evacuamos es el hedema agudo temporal de altura. Es el periodo de adaptación en el que el cuerpo no se aclimata y los pulmones se llenan de líquido. Uno no puede respirar. Eso se produce porque algunas personas tienen una aclimatación lenta o porque suben muy rápido”.
- “El hedema cerebral es otro de los cuadros que tuvimos que atender. Esto ocurre porque el cerebro se inflama y puede ser mortal”.
- “Se atienden muchos traumatismos, esguinces de tobillos, golpes, caídas y cortes”.
- “Por el frío también hay patologías”.
- “Hubo algunos casos de dolor de pecho en el que tuvimos que descartar que no sea un infarto”.