Enamorados de la majestuosidad de las montañas sobre el Lago Moreno y sus innumerables opciones de entretenimiento en cualquier época del año, los hermanos David y Adrián Sánchez y sus hijos, vacacionaron por más de una década en Bariloche. Enterados de que se vendía el complejo, decidieron comprarlo en plena pandemia, cuando cientos de argentinos buscaban lugares tranquilos para descansar, y transformarlo en Villa Labrador, un alojamiento de lujo.
Lo que originalmente era un granero, lo convirtieron en la Casona Araucaria de seis habitaciones, cada una con baño privado y algunas con living propio, en la que en sus 600 metros cuadrados puede alojarse una familia numerosa de hasta 18 miembros o un grupo de amigos.
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“Bariloche es una plaza turística que tiene un sinnúmero de ofertas de alojamiento, pero la mayoría son departamentos muy chiquititos o cabañas muy pequeñas, en donde en 300 metros cuadrados hay diez dúplex o departamentos, para dormir y nada más. Como nos gusta viajar juntos y compartir experiencias, la idea de nuestro proyecto fue convertir el granero en una casa de lujo que pudiéramos usar como familia, porque somos justamente 18 personas”, contó Adrián.
Según David, la propuesta es que además de ser un complejo turístico “se puedan vivir una infinidad de experiencias, por su ubicación, por las vistas, por el acceso a la costa del lago, por su bosque, por ser un lugar todavía virgen y que está 100% en contacto con la naturaleza”. “Por eso decidimos correr un riesgo en plena pandemia e iniciar este proceso de convertir el lugar de cabañas en lo que hoy es Villa Labrador”, agregó.
El complejo se encuentra frente al Lago Moreno, a 14 kilómetros de Bariloche. Cuenta con la casa para 18 personas y seis cabañas más pequeñas, con capacidad desde dos huéspedes.
Servicios, comodidades y precios
Villa Labrador es un complejo turístico que ofrece vivir una experiencia única en contacto con la naturaleza, en donde cada una de las cabañas y la casona principal están inmersas en un bosque nativo, con vista al lago. Cuenta con piscina, cancha de fútbol y juegos para niños.
Para octubre y noviembre, el precio básico para hospedarse en una cabaña para hasta dos personas arranca en los $70.000.
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En la Casona Araucaria, si bien la propuesta es compartir la experiencia con la familia o con amigos, la disposición permite mantener la privacidad. Además de las seis habitaciones con baño privado, cuenta con una gran cocina de estilo industrial; un enorme living; un playroom donde se pueden hacer actividades en días de lluvia o de mucha nieve, con metegol, ping-pong, juegos de mesa, pool y un bar, y un quincho con parrilla, asador y horno. Todo con un gran mirador hacia el lago.
“Cuando íbamos a Bariloche teníamos que alquilar cuatro cabañas, sin lugar común para que los chicos jueguen todos juntos, y en esta casa ofrecemos eso, lugares para disfrutar distintas experiencias y elegir cuándo estar juntos, sin perder privacidad. Tiene todo lo que una casa de montaña necesita, a la que puede ir una familia y compartir y disfrutar”, aseguran los hermanos.
