Las mejores hamburguesas a la parrilla de Parque Avellaneda las prepara Jorge Capalbi, un exconvicto quien cumplió condenas por robo de tres años y seis meses en Devoto y siete años en Sierra Chica. Cuando aún era un interno penitenciario, entendió que debía reformar su vida y se propuso conseguirlo en 2018 cuando fue liberado.
Actualmente es el dueño de un local de hamburguesas “Don Capalbi”, pero aseguró que su situación no mejoró al instante. “Fue muy difícil conseguir un trabajo, de hecho, no lo conseguí, pero gracias a Dios, después surgió el emprendimiento con mi mujer”, recordó.
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Su esposa, Melina, contó que Jorge fue honesto con ella cuando se conocieron: “Me contó quién era él y qué hacía. Yo le propuse que, si queríamos estar juntos, entre los dos teníamos que disponernos a hacer algo bueno y cambiar, y él me dijo que sí”. Él le prometió que no volvería a delinquir y cumplió.
Su primer puesto de venta de comidas estaba ubicado en el Barrio Cildáñez, a cuatro cuadras del local actual. “Establecernos y tener nuestro hogar acá es un triunfo, es demostrar que sí, se puede”, afirmó emocionado. Las ventas, que pasaron de 3 a 400 por semana.
Capalbi aseguró que sus hamburguesas tienen un ingrediente único: son hechas “con amor”, y en el producto final “está reflejada la lucha” desde que era niño y todo lo que atravesó hasta convertirse en quien es hoy. Esto incluye ser un buen administrador. “Antes, para mí, la plata no tenía valor. La plata que venía del robo la quemaba como nada y, cuando empezamos a trabajar, la plata se seguía quemando porque tenía el mismo pensamiento que cuando robaba”, confesó. Estos manejos lo llevaron a la quiebra, pero logró reponerse y transformar su pensamiento.
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Los altibajos lo debilitaban y lo hacían pensar en recaer, buscar una solución rápida, pero su determinación lo impulsó y, ahora, aspira a seguir creciendo y, un día, tener un restaurante.
Cuando reflexiona sobre su antigua vida, Jorge Capalbi reconoce que nunca podrá reparar el daño que ocasionó, pero espera que todo lo que aprendió sirva para impulsar a otros y motivarlos a que dejen el crimen.