Fue la hermana de Mattéo quien le presentó Victoire. Habían sido compañeras de escuela y ella comenzaba su transición. Por eso, quería que hablara con su hermano, que ya estaba con tratamiento hormonal. Fue un flechazo. Al poco tiempo decidieron convivir y comenzaron a soñar con formar una familia. Tres años y muchos sacrificios después, llegó el milagro. La pequeña Avah nació el 19 de febrero. 3,640 kilos de pura felicidad... y un sinfín de líos administrativos.
Si bien ya hubo otros papás gestantes en Francia, es la primera vez que ambos padres son trans. Las leyes atrasan y no previeron el caso. Pese a que ambos hicieron cambios legales de identidad de género, en el acta de nacimiento y la libreta de familia Mattéo figura como la madre y Victoire, como el padre. La pareja está dispuesta a todo para obtener una rectificación de los documentos y sentar un precedente jurídico.
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Un embarazo feliz y sin sobresaltos
“Los dos soñábamos con tener un hijo, entonces decidimos tratar de hacerlo juntos”, dijo a TN Victoire desde su casa de Bourges, en el centro de Francia, mientras Mattéo cambiaba pañales.
Pero el camino fue largo e implicó muchos sacrificios. Victoire estaba por empezar su transición en enero de 2020 y decidió posponer todo. Mattéo, que ya recibía tratamiento hormonal desde 2017, tuvo que interrumpirlo para llevar adelante el embarazo.
Tras dos años de intentos infructuosos, la pareja pensó en optar por la reproducción médicamente asistida. Consultaron a médicos y hasta hicieron cinco horas de viaje para ver a una especialista, que les dijo que no podía hacer nada porque la reproducción médicamente asistida no está abierta a parejas transexuales en Francia.
Estaban por bajar los brazos. “Estábamos desesperados. Mattéo volvió a contactar a su endocrinóloga para reiniciar el tratamiento hormonal. Le preguntó cuando había tenido su última menstruación y, al ver que tenía un atraso, lo mandó a hacer una prueba de sangre”, contó Victoire.
El resultado fue positivo. “Cuando vio el resultado, Mattéo no entendía nada, me dio la hoja y nos pusimos a llorar de alegría”. Ya llevaba alrededor de un mes de embarazo.
“El embarazo fue muy tranquilo, sin sobresaltos”, dijo Victoire. Al principio “Mattéo, al ser hombre, tenía medio de verse con una panza redonda y temía la mirada ajena. Pero los miedos se esfumaron y él se sintió muy bien y feliz”, detalló su pareja.
Según dijo, ayudó en el proceso que la atención que recibieron en el hospital Jacques Coeur de Bourges fue “muy cálida”. Mattéo ya consultaba a un ginecólogo del centro médico, lo conocían en el servicio y los recibieron “con los brazos abiertos, siempre muy atentos y amables”, explicó Victoire.
Problemas administrativos
Sin embargo, la pareja ya anticipaba dificultades al momento de anotar a Avah en el Registro Civil. Por eso, en medio del embarazo, contrataron a un abogado.
Los trámites de filiación para las parejas transgénero siguen siendo muy complejos. Una condena de la Corte Europea de Derechos Humanos obligó a Francia a cambiar la ley, pero hasta 2016 se exigía a las personas trans que pasen por una cirugía de reasignación de sexo -esterilizante- para poder cambiar legalmente de identidad de género. Esa disposición ya no existe, pero los legisladores no previeron el caso de los hombres gestantes.
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“Legalmente, un hombre puede quedar embarazado. Pero detrás no se modificó la ley para que pueda reconocer al bebé. Un hombre transgénero no puede reconocer a su hijo”, dijo Victoire.
Según contó, llegaron a un primer arreglo con el Registro Civil y pudieron agregar un texto rectificativo en el acta de nacimiento original, que estipula que Mattéo es el padre y Victoire la madre, que sería la información que figurará si piden una partida de nacimiento. Pero en la libreta de familia siguen apareciendo con sus sexos asignados al nacer y no con sus identidades de género autopercibidas.
Las dificultades administrativas también existieron del lado de la CAF, el equivalente francés de la ANSES, para percibir distintas asignaciones. El hecho de que haya un papá gestante paralizó literalmente el sistema informático de la administración y ahora una asistente social tiene que intervenir manualmente para autorizar cada trámite.
Tampoco está previsto el caso de las licencias para personas trans gestantes. Aunque del lado de la empresa en la que trabaja no hubo ningún problema, a Mattéo la administración le dio una licencia por paternidad (de 25 días) en lugar de las 10 semanas que se dan a las mujeres tras dar a luz.
Victoire y Mattéo lo saben, su lucha es política y será larga para hacer valer sus derechos. “Estamos dispuestos a pelearnos con el Estado e ir a los tribunales si hace falta, a ir al fondo del asunto para nosotros y para cambiar las cosas para los futuros mapadres trans”, dijo Victoire.
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Mensajes en las redes
Por eso, Victoire y Mattéo decidieron mediatizar su pelea, “para ayudar a otras personas que viven situaciones parecidas”, e hicieron públicas sus redes sociales (@im.the.queen.v y @mattduval1 en TikTok).
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“Recibimos muchas reacciones positivas, muchos mensajes de personas que dicen que nuestra historia los inspiró, les dio coraje. Preguntas de personas trans que quieren tener hijos, otros que nos dijeron que antes no se atrevían a empezar su transición y ahora sí”, destacó Victoire.
También no faltaron los ataques, los mensajes ofensivos, las personas que les dijeron que no forman “una verdadera familia”. “Pero a estos, la verdad, no les damos bola”, concluyó la mamá de Avah. “A ella la vemos radiante y eso es lo que importa”, dijo sobre su hija, que crecerá rodeada de amor, en una casa con tres gatos y un perro.