Encontramos el minotauro en el lago de Neuquén.
Parece un chiste, pero no lo es. La misión era complicada porque solo teníamos las fotos que se viralizaron como referencia, pero nada más. Ni una dirección y ni un testigo. Solo la voluntad y el entusiasmo de encontrarlo.
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Así que con el uso de la tecnología aérea -un drone- recorrimos durante horas las costas del lago en búsqueda del posible lugar. Después de 6 horas y unos cuantos kilómetros: lo vimos. O eso parecía desde el aire.
Para comprobarlo teníamos que volver con un equipo de buzos. Al día siguiente, una fría mañana nos dio la bienvenida a la costa del lago. Allí nos esperaba Macki Parenti con los trajes, los tanques de oxígeno y la expectativa de quien bucea en ese lago hace 20 años, pero jamás pensó que podía haber un minotauro.
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