Los grelos proceden del nabo (Brassica napus y Brassica rapa), y son los tallos tiernos que aparecen en la planta justo antes de su floración. Se suelen plantar en verano, casi siempre en agosto para disfrutar de ellos durante todo el invierno, que es cuando se produce la floración.
Estos existen en varios países por lo que se conocen con diferentes nombres: comúnmente llamado en Estados Unidos como broccoli raab, rapíni o broccoli rabe; también conocido en Chicago como broccoli italiano, broccoli rabe o broccoletti.
Es una verdura muy conocida y utilizada en algunos territorios, en varios de estos es un ingrediente exótico En España, son una estrella culinaria en Galicia por el plato conocido internacionalmente como la archiconocida, una receta de lacón con grelos.
Los grelos se recogen antes de que el nabo florezca pues si se dejan mucho tiempo madurar en la planta, el grelo se vuelve difícil de cocinar y de comer pues desarrolla fibra en su tallo, por lo que se vuelve leñoso y muy difícil de ablandar aunque lo cocinemos durante horas.
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Al comprarlos debemos tener en cuenta que sus hojas estén de color verde, brillantes y sin manchas amarillas. En algunos casos suelen tener algunas pequeñas flores de color mostaza, en este caso recomendamos no llevarnos estos a casa porque si están así serán muy duros y difíciles de cocinar.
La mejor época para comprarlos en febrero y marzo, cuando el grelo está en su punto y lleno de sabor. Aunque hoy en día varias marcas venden este producto en conserva, y aunque no es lo mismo que comer la verdura en natural, en cuanto a textura y sabor es una buena alternativa.
Para conservarlos, al igual que con todos los alimentos de este tipo, es tenerlos en un sitio fresco y sin luz hasta la hora de cocinarlos. En caso de comprarlos y no cocinarlos es importante que los envuelvas en un papel de diario o en una bolsa plástica para guardarlos en la heladera, de esta forma se conservarán por dos o tres días.
Propiedades de los grelos
Los grelos son muy ricos en agua, bajos en proteína, en grasas y en hidratos de carbono por lo que aportan muy pocas calorías. Son ricos en fibra y comerlos, por ende, es muy saciante. Por estas razones es un alimento ideal para quienes llevan a cabo dietas nutritivas o para bajar de peso. Además, son muy ricos en vitaminas Ay C incluso después de hervidos. Comiendo apenas 100 gramos se cubren las necesitadas de ambas. También son ricos en vitamina B9, imprescindibles para prevenir la anemia.
