Cuando era chico, Juan Carlos Jiménez Rufino, más conocido como La Mona Jiménez, tenía en claro que su vida iba girar en torno a la música. No había llegado aún a la pubertad cuando cantaba y bailaba folklore en su Córdoba natal. Pero él buscaba otro tipo de ritmo.
Le llamaba la atención un nuevo género musical que de a poco empezaba a sonar. Se llamaba cuartero y a él, a su corta edad, lo había fascinado. Fue así que a los 15 años decidió presentarse en un cásting en el Cuarteto de Berna, un joven grupo que impulsaba este tipo de estilo musical.
Su voz y su carisma cautivaron la atención del grupo y decidieron seleccionarlo. Empezó a ganarse un espacio en el ambiente. Ya no era Juan Carlos, sino Carlitos, Carlitos Jiménez. Pero con el tiempo, empezó a tener roces con el representante del conjunto quien era el padre del pianista y líder del grupo que buscaba que su hijo tomara un papel protagónico arriba de los escenarios. Cansado de las discusiones, decisión abandonar el conjunto.
Luego de unos años, integró el grupo Cuarteto de Oro, que dirigía su tío. Y vino su primer disco como cantante, denominado Póngale la cadenita, que, lejos de ser un éxito, fue un rotundo fracaso en materia de ventas.
Pero no se rindió. Su amor por la música era más fuerte y tenía plena confianza en sí mismo. Es así que grabó otro material, Cortate el pelo, cabezón, con el cual llegaron a las 180.000 copias. De a poco fue imponiendo su estilo, e inventando lo que lo más tarde se convertiría en una marca personal: el movimiento de su mano hacia atrás y adelante, con la palma hacia arriba y abajo que empezó a ser replicado por sus seguidores.
Durante la dictadura, el cuartero en general, como tantos otros estilos musicales, fue censurado. Sin embargo, en esa época, La Mona editó 13 discos. Con el retorno de la democracia, decidió que era tiempo de lanzarse como solista.
Nuevo rumbo
A sus 33 años, decidió hacer su propia carrera. En el mismo género, pero a su manera, a su propio estilo. Sacó su primer disco, Para toda América, donde tuvo su primer éxito: La flaca la gasta. A partir de allí, su camino fue escoltado por premios y reconocimientos, en especial, el popular que lo considera un ídolo que traspasó fronteras.
Actuó en cine, llenó varios Luna Park, recibió el Premio Konex de Platino como el Mejor Cantante Tropical/Cuarteto de la década en la Argentina;, llevó el género a países de Europa, y en Estados Unidos arrasó en su gira en la que grabó su álbum En vivo de 1986 en Nueva York. Editó en total 90 discos y lleva vendidos más de 36 millones de copias en todo el país.
Hoy cumple 70 años, ¡vaya que vale la pena celebrarlo!
