A la hora de disfrutar del sexo en pareja, sin dudas hay días en que las personas se sienten más “fogosas” que de costumbre. O bien, con ganas de probar posiciones o juegos distintos a los usuales.
Salir de lo tradicional puede hacer un gran aporte en los encuentros íntimos, sobre todo en parejas de larga data, pero en algunos casos puede dar lugar a resultados no deseados o incluso a momentos dolorosos.
De acuerdo con una encuesta realizada por la plataforma digital de citas Meetville, uno de cada tres adultos se ha lesionado alguna vez al mantener encuentros sexuales. Esto no es extraño, según explicó el médico y entrenador de alto rendimiento, Kevin Jardine.
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“Durante el sexo, las endorfinas se van elevando. Las endorfinas son la versión natural de la morfina del cuerpo, conocidas como hormonas del bienestar”, dijo el experto.
En consecuencia, “si te encuentras en una posición incómoda durante el sexo, es posible que no sientas la incomodidad debido a las endorfinas que flotan alrededor de tu cuerpo, que tienden a mitigar la percepción del dolor”.
En líneas generales, hay que tener en cuenta los límites de cada persona en cuanto a sus capacidades físicas, así como medir las consecuencias, a pesar de la intensidad y la pasión del momento.
Tipos de lesiones sexuales
Hay varios tipos de lesiones sexuales que ocurren con mayor frecuencia cuando las parejas tienen relaciones. Las más comunes, son:
- Golpes y hematomas. Son pocas las personas que pueden presumir de no haberse caído de la cama o pegado la cabeza contra la pared durante una relación sexual. Los choques contra mobiliario y las caídas suponen casi la mitad de las lesiones derivadas de practicar sexo.
- Dolores. También son frecuentes, como por ejemplo el mandibular, que afecta a ambos sexos y proviene de realizar felaciones, y el cervical, resultante del ‘cunnilingus’, según afirma el fisioterapeuta José A. Arroyo. El dolor de muñecas se origina cuando se apoya el peso del cuerpo sobre ellas, produciéndose una hiperextensión de la articulación. También es posible sufrir dolor en el piramidal, un músculo que va desde el sacro a la cabeza del fémur, siendo un rotador de la cadera. Otro dolor extendido es el lumbar, generado al no adoptar las posturas corporales adecuadas.
- Lesiones musculares y articulares. Contracturas, esguinces o dislocaciones son el resultado de practicar posturas y acrobacias sexuales. En este caso, si alguna zona se empieza a hinchar, es recomendable aplicar hielo y dejar reposar la parte afectada. En síntesis, los estiramientos excesivos, las contracciones exageradas o la exigencia mayor a la resistencia pueden desatar estos desgarros.
- Fractura de pene. Un pene no se puede fracturar exactamente, ya que no contiene huesos. Este traumatismo se da cuando se rompe la túnica albugínea, una de las capas internas del pene. De acuerdo con Esther Balac, sexóloga, la lesión se suele presentar cuando el órgano se sale de la cavidad vaginal y va a dar en la pelvis de la mujer.
- Desgarros vaginales. Un pene, un dedo u otro objeto que una persona inserte en la vagina puede dañar sus tejidos delicados. Las formas de reducir el riesgo de cortes y rasgones vaginales durante el sexo incluyen: usar un lubricante a base de agua o silicona y dedicar tiempo para los juegos previos.