El alcoholismo es un grave problema de salud que no solo afecta a quien lo padece sino también a sus familiares y amigos. Además, interfiere de forma significativa con la actividad laboral, académica y social.
Cada año, se producen 2,6 millones de muertes en todo el mundo directamente relacionadas con el consumo de alcohol, lo que supone un 4,7% del total de fallecimientos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por ello, las estrategias destinadas a prevenir o reducir la ingesta de bebidas alcohólicas es una prioridad de salud pública. Ahora, un grupo de investigadores liderado por el neurobiólogo Gilles E. Martin, profesor asociado en la UMass Chan Medical School, descubrió que menos de 500 neuronas se encargan de suprimir el consumo compulsivo de alcohol, un hallazgo que podría abrir nuevas vías para el tratamiento de esta adicción.

El estudio constituye un significativo avance en la comprensión de los mecanismos neuronales implicados en la conducta de consumo excesivo. “Cuesta imaginar que un grupo tan reducido de neuronas pueda tener un impacto tan grande en la conducta”, comenta Martin, miembro del Brudnick Neuropsychiatric Research Institute, en una nota publicada por la UMass.
Además, manifestó: “Estamos empezando a entender cómo ciertas células cerebrales específicas intervienen en comportamientos muy concretos. Este trabajo ha sido como encontrar una aguja en un pajar”.
Las posibles aplicaciones en el tratamiento del alcoholismo
Si bien se sabía que áreas como la corteza prefrontal estaban relacionadas con la inhibición del consumo de alcohol, hasta ahora no se había logrado identificar con exactitud los circuitos neuronales implicados. Los investigadores utilizaron una combinación de técnicas de última generación, como la fotometría de fibra óptica, la optogenética, la electrofisiología y el análisis transcriptómico de células individuales, junto con vectores virales.
Los científicos emplearon un modelo de ratón diseñado para etiquetar y manipular neuronas activadas en momentos específicos. Cuando los animales eran expuestos a situaciones de consumo compulsivo de alcohol, un pequeño grupo de neuronas se activaba y emitía una fluorescencia muy intensa que podía ser observada en tiempo real. Esto les permitió localizar exactamente a las células implicadas y, posteriormente, aplicaron técnicas optogenéticas para activar o desactivar esas neuronas mediante luz, observando así los cambios en el comportamiento del animal, lo que confirmó la relación directa entre estas neuronas y la conducta de consumo excesivo.

“El cerebro posee, en esencia, un sistema de regulación integrado que se activa durante el consumo de alcohol para frenar su consumo. Si estas neuronas fallan, el sistema regulador falla, lo que podría provocar un consumo descontrolado. Identificamos un número discreto de neuronas que responden al consumo excesivo de alcohol en una región cerebral llamada corteza orbitofrontal medial. Esta área es conocida por su papel clave en el control de la toma de decisiones y la adaptación del comportamiento a un entorno cambiante”, explicó Martin.
Además dijo que descubrieron que la desactivación de este conjunto neuronal resultó en un aumento drástico del consumo de alcohol en ratones. Esto significa que el cerebro posee, en esencia, un sistema de regulación integrado que se activa durante el consumo de alcohol para frenar su consumo. Si estas neuronas fallan, el sistema regulador falla, lo que podría provocar un consumo descontrolado.
Otras conclusiones
Martin cree que a medida que la tecnología permita estudiar grupos neuronales aún más pequeños, se podrían descubrir que solo unas pocas docenas de neuronas bastan para controlar este tipo de conductas, por lo que identificarlas podría ser un paso crucial hacia el desarrollo de tratamientos dirigidos y más eficaces contra la dependencia del alcohol.
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“Si bien este estudio amplía nuestra comprensión de cómo y dónde el consumo excesivo de alcohol modula la función cerebral en ratones, aún no está claro si los cerebros humanos también cuentan con el mismo conjunto neuronal. De ser así, estimular estas neuronas podría ofrecer una vía para ayudar a las personas con dificultades para controlar su consumo de alcohol”, concluyó.