Es bien sabido que no todas las parejas son iguales y cada una tiene su manera de relacionarse, pero hay algo que todas podrían llevar a cabo para mantener la calma en el matrimonio. Según un estudio de psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte publicado en la revista Journal of Research in Personality, cuando en una pareja uno de los integrantes admite estar equivocado, la relación es mejor.
Los especialistas describen que el efecto es particularmente pronunciado si son los compañeros masculinos quienes están dispuestos a dar marcha atrás o a decir “me equivoqué”, un rasgo que los investigadores estadounidenses llaman “humildad intelectual”. Las mujeres casadas con hombres que estaban dispuestos a admitir sus errores tendían a estar más satisfechas con sus matrimonios.

“La humildad intelectual de los hombres jugó un papel más importante en la calidad de las relaciones entre nuestros participantes que la de las mujeres”, escribieron los autores y sumaron: “Añadir una dosis de humildad intelectual (reconociendo que nuestros puntos de vista y creencias pueden ser erróneos) puede aportar numerosos beneficios para la satisfacción en las relaciones”.
Estudios previos sugieren que la mayoría de las parejas discuten varias veces al mes, mientras que solo el 3% afirma no discutir nunca, mientras que el 30% lo hace una vez a la semana o más. Alrededor del 82% de las personas creen que en la mayoría de los conflictos ellos tienen razón y su cónyuge está equivocado.
La importancia de la humildad intelectual
Los investigadores descubrieron que aquellos que estaban dispuestos a examinar sus creencias más a fondo y admitir que cambiaban de opinión tenían relaciones más saludables. El estudio consultó a 74 parejas heterosexuales sobre cómo manejaban las disputas, incluso si levantaban la voz, salían enojados de la habitación o se ponían a la defensiva.
A todos los participantes se les dio una puntuación según su humildad intelectual y, de media, las puntuaciones de los hombres fueron alrededor de un 10% más altas, lo que demuestra que se esforzaron más por comprender la posición de su pareja.
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Investigaciones académicas anteriores descubrieron que las personas que obtuvieron puntuaciones más altas se enfadan menos cuando otras personas no están de acuerdo con ellas, por lo que es menos probable que griten o se enojen durante una discusión.
Los científicos también sostienen que aquellos que se mantuvieron firmes en sus posturas durante una discusión hicieron que sus parejas fueran a su vez “menos corteses, tolerantes e intelectualmente humildes”.