Investigadores desarrollaron una técnica quirúrgica que utiliza inteligencia artificial, una cámara y tintas, que permite a los cirujanos “ver” tumores en tiempo real y tener mayores posibilidades de extirparlos por completo. El sistema fue realizado por técnicos de la Universidad de Dublín y médicos del Hospital Mater Misericordiae, ambos en Irlanda.
“El equipo quirúrgico puede perfeccionar la intervención ideal para cada paciente en particular”, explica Ronan Cahill, profesor de cirugía en UCD y el Hospital Mater, que desarrolló el nuevo enfoque con Jeffrey Dalli, cirujano general y miembro de investigación quirúrgica en UCD. El proyecto se hizo con la colaboración tecnológica de IBM Research.
La aplicación de esta tecnología puede ser útil para tratar el cáncer colorrectal. “En la Argentina, mueren 20 personas por día por cáncer de colon, a pesar de que es uno de los tumores más fáciles de prevenir, ya que detectándolo a tiempo nueve de cada 10 se podrían curar”, plantea a Con Bienestar Fabio Nachman (M.N. 96.066), Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Fundación Favaloro y presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología. La clave está en no postergar la consulta con el especialista.
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El nuevo método es particularmente eficaz para los cánceres colorrectales, cuya incidencia está aumentando, especialmente entre los más jóvenes. Las prácticas se centraron en perfeccionar los métodos quirúrgicos para definir la extensión exacta de los casos de cáncer durante un procedimiento para garantizar que la enfermedad se elimine lo máximo posible a través del acto quirúrgico.
“Esta técnica emplea realidad ampliada. En colonoscopía, se aplica la inteligencia artificial cuando detecta los pólipos y dependiendo del color de la imagen uno puede saber las características que tiene. En esta propuesta, el cirujano opera a través de un “robot” que va identificando con colores determinados estructuras para ser más preciso. Es una asistencia para el equipo médico y disminuye los márgenes de error”, explica Nachman.
Sobre la tecnología existente
Hasta ahora, los pacientes con sospecha de cáncer colorrectal se someten a una colonoscopia. Se inserta una pequeña cámara en el paciente, se examina el tejido y, si el cirujano cree, con base en su experiencia, que el cáncer puede estar presente, se realiza una biopsia en el tejido sospechoso.
Las muestras de biopsia se envían al laboratorio, donde puede tomar entre 48 y 72 horas hasta que un patólogo decide si el tejido es canceroso o si se requerirá más tejido y una segunda biopsia.
“Esto lleva tiempo”, explican desde Hospital Mater Misericordiae. “¿No sería genial si pudiéramos entender el alcance de la enfermedad en un mismo momento?”, se pregunta el experto. “Y eso, esencialmente, es lo que la nueva técnica puede lograr”, señala.
“Unos pocos minutos son suficientes para determinar si una lesión es cancerosa”, dice Cahill. “Si es que no hay necesidad de esperar a una biopsia, podemos retirarla de inmediato. También tenemos una mejor oportunidad de eliminar todo el cáncer de una vez y aumentar las posibilidades de cura del paciente”.
La técnica se aplicó en 200 pacientes en el Hospital Mater y el Hospital Regional de Waterford. A Cahill le gustaría que más lugares adoptaran el método, ya que, según él, es barato y eficaz. Además, cuantas más imágenes de video se tomen, más inteligentes serán los algoritmos y mejores se volverán para hacer sus predicciones de cáncer.