Cuando los profesionales de la salud hablamos de estreñimiento, nos referimos a esas deposiciones duras e infrecuentes, que incluso a veces pueden ocluir el inodoro, uno de los síntomas acompañantes observados frecuentemente es el dolor abdominal, que está presente en más de la mitad de los niños estreñidos.
Contrariamente a lo que suele pensarse, la mayoría de los casos de estreñimiento no son debidos a ninguna enfermedad subyacente, es decir que la principal causa suele ser el miedo a defecar, originado por el recuerdo de haber presentado en otras oportunidades deposiciones duras y muy dolorosas.
Estas situaciones de miedo las podremos observar en el niño que cruza sus piernas, se esconde debajo de la mesa o que incluso parece que puja para defecar y su cara se enrojece en ese esfuerzo, pero en realidad son maniobras retentivas, en otras palabras, está evitando expulsar esa materia fecal por miedo a que le duela otra vez.
Qué ocurre en los niños con TEA
En los niños con trastorno del espectro autista (TEA) ese dolor abdominal y malestar por no poder defecar con regularidad, puede expresarse también de otras maneras, muchas veces estarán irritables, agresivos, inquietos, con dificultades para dormir o incluso se pueden golpear en la zona del abdomen.
Estos síntomas se pueden confundir con problemas del comportamiento, por ende, es muy importante que tanto los padres como los profesionales de la salud estemos muy atentos para arribar a un diagnóstico adecuado.
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La prevalencia de estreñimiento en niños es de aproximadamente un 10 %, sin embargo, cuando revisamos con detalle los datos de diferentes trabajos de investigación encontramos que la prevalencia de este cuadro clínico en niños con TEA puede ser hasta tres veces más frecuente.
Qué alimentación se debe seguir
La dieta es un factor muy importante y una alimentación reducida en fibras, frutas y verduras suele ser un factor predisponente para construir esa materia fecal dura y en niños con TEA la alimentación selectiva es más frecuente, muchas veces se suele excluir la fibra y se prefieren los alimentos ultraprocesados y refinados, por lo tanto, resulta lógico pensar que mejorar la selectividad alimentaria será uno de los pilares del tratamiento, siendo en estos casos muy importante el acompañamiento multidisciplinario de la terapista ocupacional, la nutricionista y el gastroenterólogo especializado.
Otro de los ejes del tratamiento que ha cobrado gran relevancia en la actualidad es la modulación de la microbiota, la cual está compuesta por millones de microorganismos que trabajan en la luz intestinal y nos ayudan a digerir alimentos, desarrollar el sistema inmune además de producir vitaminas y neurotransmisores como la serotonina, que no solo regula el sueño y el estado de ánimo a nivel cerebral sino que también afecta la motilidad de los intestinos.
Dentro de la microbiota se encuentran algunas bacterias que mediante la fermentación de los alimentos producen ácidos grasos de cadena corta, los cuales favorecen la motilidad de los intestinos. Con esta información se han hecho múltiples trabajos de investigación que han demostrado que la suplementación con estas bacterias beneficiosas (probióticos) puede contribuir a mejorar el estreñimiento.
Dr. Julián Fernández Sobreira (M.N. 121.232), Gastroenterólogo pediátrico, Miembro del comité científico de trastornos del eje intestino - cerebro de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología Pediátrica.